Se ha hablado de sustituir al Presidente de la república. No es un capricho, es un clamor nacional. Los sondeos de opinión que he leído, todos, hablan de un ochenta por ciento (80%) de venezolanos que deseamos un cambio inmediato en la conducción política, social y económica del país. Venezuela es hoy un caos, no hay sector de la vida nacional que no esté destruido y si Maduro continúa en el poder, el caos se acentuará hasta niveles peligrosos.
De acuerdo a la Constitución Nacional, el actual y fraudulento período presidencial de Maduro, concluye el 10 de enero de 2025. Esperar esa fecha es imposible, es demasiado tiempo. Maduro fue “electo” en mayo de 2018 para el período presidencial 2019-2025, en unas elecciones arregladas, con complicidad de la mayoría deshonesta de los rectores del CNE, por lo tanto en este momento usurpa el poder. No sentirán esos rectores del CNE, remordimiento de conciencia por el mal que han hecho. Como digo, esperar a enero de 2025 es mucho tiempo, es matar a Venezuela, extinguirla para siempre. Debería buscarse una vía constitucional, democrática y electoral, para salir de Maduro lo más pronto posible, pero de nuevo el mismo gobierno la está obstaculizando con la ayuda de unos actores supuestamente opositores, como lo hizo en 2018 para asegurar su reelección. Si no hay cambio del CNE, nuevo Registro Electoral depurado y una verdadera vigilancia internacional, la elección sería nuevamente ilegítima y fraudulenta. Lamento el acompañamiento que le hacen al régimen, esas personas supuestamente opositoras, serían otra vezunas elecciones acomodadas por el régimen, sobre todo si son dirigidas por este mismo CNE o uno parecido. Que el país grabe en su memoria, los rostros de esos personajes “opositores” llenos de ambición y maldad como los del régimen. Sabemos quiénes son y qué dirá la historia acerca de ellos.
Esa posición interesada y terca del régimen madurista y la influencia perversa que ejerce sobre toda la región latinoamericana, ha hecho pensar en soluciones al margen de las normas constitucionales que rigen los cambios de gobierno en Venezuela. Eso sería un retroceso en la historia venezolana. En 1998 llevábamos 40 años transitando un camino de democracia y libertad. Por razones de principios no estoy de acuerdo con soluciones fuera de la Constitución Nacional, pero el único culpable de que hayamos llegado a pensar en una solución como esa, es el régimen chavista-madurista, es igualmente culpable de las sanciones económicas extranjeras al régimen y la posibilidad incluso de una intervención militar extranjera. Reitero, el único culpable de que esas medidas se tomen y lleguemos a situaciones extremas, es el régimen actual. Dios quiera que reflexionen y depongan su obstinada actitud.
Termino hoy estas líneas con este comentario: He dicho varias veces que me parece poco elegante escribir sobre temas personales y familiares. Pero deseo rendir breve homenaje a mi madre, ida al Cielo la semana pasada. Doña Belén le decían sus amigas y conocidos. Sus hijos, lógicamente, sólo la llamábamos mamá. Gastó su vida entre las paredes de la casa, con mi padre, fallecido hace unos años, sus hijos y los quehaceres del hogar. En un acto donde me correspondió hablar, yo la invité que nos acompañara y cuando en mis palabras mencioné que allí estaba mi madre, la aplaudieron largamente. Luego ella me dijo, me sentí rara, nunca en mi vida me habían aplaudido. De ella aprendí la humildad y todo lo bueno que una buena madre católica enseña a sus hijos, su profunda fe y su amor a Dios, a su Divina Pastora y a su San Antonio María Claret. Aprendí de ella el respeto escrupuloso a la dignidad de las personas. Es duro, duele, despedir a la madre. Hoy me corresponde hacerlo. Dios la tenga en su Santa Gloria.
Joel Rodríguez Ramos