La cifra de muertos por el nuevo virus detectado en China subió en 89 personas el domingo, hasta 811, superando a las víctimas morales de la epidemia de SARS en 2002-2003. Sin embargo, se reportaron menos casos nuevos, un posible indicio de que la expansión del virus podría estar remitiendo mientras varios países redoblaban sus esfuerzos por contenerlo.
En las 24 horas hasta la medianoche del sábado se identificaron 2.656 casos nuevos en China, la mayoría en la provincia central de Hubei, donde enfermaron los primeros pacientes en diciembre. La cifra supone un descenso del 20% respecto a los 3.399 casos nuevos reportados en las 24 horas anteriores.
“Eso significa que el mecanismo conjunto de control en diferentes regiones y las estrictas medidas de control y prevención han funcionado”, indicó en una conferencia de prensa Mi Feng, portavoz de la Comisión Nacional china de Salud.
También el domingo se reportaron casos nuevos en Japón, Corea del Sur, Vietnam, Malasia y España.
Se han confirmado más de 360 casos fuera de China.
Si las medidas de contención resultan eficaces, hacia final de mes deberían registrarse “reducciones drásticas” en la propagación del virus en China, indicó el doctor Ian Lipkin, director del Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia, que asistió a la OMS y a China durante el brote de SARS.