Jenni Rivera, la superestrella de la música regional mexicana fallecida el fin de semana en un accidente aéreo, finalmente llegó a casa, a su destino final.
Los restos de la cantante nacida en Estados Unidos arribaron en avión a California procedentes desde México el jueves por la noche, acompañados por tres hermanos de Rivera.
Rivera y otras seis personas murieron el domingo cuando su avión se estrelló en un vuelo de Monterrey, en el norte de México, a la ciudad central de Toluca. La causa del accidente sigue siendo investigada.
Los resultados de las pruebas de ADN están pendientes, pero la familia de Rivera corroboró su deceso.
Rivera Jr. dijo que a sus hermanos les mostraron fotografías del cuerpo y que así pudieron identificarlo, pese a que el cadáver no estaba completo.
«Mi hermanita ya está en la presencia de Dios. Nos la prestaron por 43 años y seguro ya le está cantando al Señor», dijo en conferencia de prensa.
Escoltado por policías, el féretro de Jenni Rivera fue trasladado a una morgue donde docenas de fans le aguardaban. Otros admiradores se congregaron afuera de la casa de su madre y dejaron globos, velas y flores en un monumento improvisado.
Rivera, de 43 años, era una de las mujeres más exitosa de la música grupera, un género musical dominado por los hombres. Conocida como la Diva de la Banda, vendió 15 millones de discos y fue querida a ambos lados de la frontera por su estilo franco y sus canciones sobre dolor y desamor.
Incursionó también en la televisión a través de varios reality shows y debutó como actriz de cine interpretando a una madre drogadicta tras las rejas en la película «Filly Brown», de próximo estreno.
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