#opinión: Dictamen – Unidad democrática o chavismo sin Chávez. Tú decides por: José Ignacio Guédez

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Una de las debilidades que hemos tenido en la oposición es la ausencia de narrativa propia que compita con la mitología oficial que se construye diariamente desde el aparato propagandístico del Gobierno. Las cosas más absurdas y descabelladas se han ido posicionando en la opinión pública, como el cuento de que Jesús y Bolívar fueron socialistas, o el constructo de que la democracia que permitió el ascenso al poder a un teniente coronel golpista fue en realidad una dictadura fascista. El caso es que ellos interpretan la historia y los hechos actuales con su monólogo perverso que va lavando la memoria colectiva del país. Mientras que nosotros nos vamos acomplejando cada vez más dominados por estrategias electorales de corto plazo que nos impiden profundizar sobre los temas trascendentales, como es ahora el caso de la enfermedad de Chávez y sus consecuencias para el país.
En este caso la narrativa oficial, contra toda lógica, ha pretendido vender matrices absurdas que ameritan respuestas claras y oportunas en honor a la verdad. 1) La enfermedad que lamentablemente padece Chávez es un hecho fortuito, imputable únicamente a la voluntad divina, que no tiene nada que ver con una oposición que acaba de admitir con hidalguía un resultado electoral adverso y que solo ha velado por el cumplimiento de la constitución en nombre del bienestar del país. 2) El pueblo no votó el 7 de octubre con pleno conocimiento de causa sobre el estado de salud del presidente Chávez, quien siempre se reservó el diagnostico médico y se declaró plenamente recuperado ante el país y el mundo. La gente que votó por Chávez lo hizo creyendo que este podía ejercer el cargo por seis años más, no votó por Nicolás Maduro. 3) Es evidente que Chávez siempre estuvo conciente de su verdadero estado de salud y que lo ocultó mientras pudo para ganar unas elecciones presidenciales y tratar así de lograr que su partido mantenga el poder más allá de su muerte, para beneficio del actual gobierno cubano que son los autores intelectuales de toda esta farsa y sin duda los promotores de la candidatura de Nicolás Maduro. 4) Los movimientos políticos de 2012 revelan la premeditación y alevosía con la que se planificó todo en desconocimiento de la población. El adelanto de las elecciones y la designación de Maduro como vicepresidente, fueron decisiones preparatorias de la transición que reveló recientemente Chávez cuando no pudo ocultarla más. 5) Mientras todo esto pasaba, la oposición responsablemente asumía el camino electoral a pesar de los abusos, aprobándole siempre al Presidente los permisos para irse a Cuba a hacerse sus tratamientos secretos.
Lo anterior no es otra cosa que la verdad, respaldada por los hechos y la lógica. No ha sido precisamente la oposición la que ha jugado con los sentimientos del pueblo. Y si de humanismo vamos a hablar, entonces bien vale la pena valorar el grado humanista de la estrategia cubana. Inhumano no es pedir información cierta y oportuna sobre la salud de un presidente en ejercicio, inhumano es obligar a un enfermo terminal de cáncer a asumir una campaña electoral en detrimento de su delicada salud. Chávez ha podido decir la verdad desde el principio y tratarse tranquilamente la enfermedad para beneficio propio y de su familia, mientras su partido respaldaba otra candidatura como la de Maduro. ¿Por qué no lo hicieron? Porque la prioridad de los Castros no es la vida del presidente venezolano sino el mantenimiento de los beneficios económicos que perciben de Venezuela. Sacrificaron a Chávez y planificaron una transición hacia Maduro, quien les garantiza la manutención. ¿Quienes son los inhumanos? Si de verdad les importaba la vida de Chávez, no lo hubieran obligado a lanzarse como candidato en esas condiciones con las consecuencias ahora evidenciadas. Si de buscar culpables se trata, es al régimen castrista al que habría que registrar y no a la oposición venezolana.
Obviando el tema no vamos a lograr que no se posicione en la opinión pública. Es mejor asumirlo y enfrentar con la verdad tanta manipulación grotesca. Y no lo hacemos para caer en el juego desviando la atención sobre las elecciones del domingo. Al contrario, lo hacemos convencidos de que la revelación de esta farsa cubana tiene implicaciones prácticas en la intención de voto de unas elecciones regionales que han cobrado más importancia y pertinencia que nunca. Repito lo que advertí antes, el domingo hay que escoger entre el chavismo sin Chavez y la unidad democrática. Hoy agrego, entre la injerencia cubana y la soberanía verdadera, o entre la mentira y la verdad. Es la hora de votar seguro, por liderazgos verdaderos que no dependan de nadie a la hora de rendirle cuentas al pueblo. Es la hora de Henri Falcón en Lara. A los nuestros les decimos que su voto ahora vale tanto o más que el 7 de octubre, y que necesitamos mantenernos fortalecidos como alternativa. A quienes piensan distinto y se sienten hoy contrariados por las circunstancias, les decimos que hay una unidad democrática y plural que defiende la descentralización y la constitución para bienestar de todos. El país debe continuar, nos toca ahora elegir a los mejores gobernadores. Por eso, Henri repite, y nosotros vamos con él.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
José Ignacio Guédez
twitter: @chatoguedez

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