Este miércoles, a pesar de las múltiples dificultades que confrontan a causa de la poca o nula atención desde la Alcaldía del municipio Jiménez, la gobernación u otros entes oficiales, la población estuvo unida en la celebración del día de su santa patrona, la Virgen de Guadalupe.
Desde las cinco de la mañana, cuando el lienzo con la imagen de la Virgen milagrosa regresó a su casa luego de haber visitado los caseríos Las Raíces, Ojo de Agua y Pueblo Nuevo, las oraciones se multiplicaron en la capilla.
Ese retorno estuvo acompañado por música de mariachi y fuegos pirotécnicos.
Isidro Duin, de la Asociación Civil Virgen de Guadalupe, informó con satisfacción que este año el llamado a misa se hizo con las campanas, de las que no se disponía desde hacía unos cuarenta años.
Eso fue posible gracias a la donación que hizo un hijo del pueblo, Luis Bonilla.
El oficio religioso estuvo a cargo del padre Wilmer Rojas, párroco de La Ermita de Quíbor.
“Pero es necesario recuperar nuestra iglesia que se encuentra en muy malas condiciones, sobre todo el techo y algunas paredes”, manifestó.
Dijo que con las colaboraciones de los feligreses han reparado algunas fallas pero falta mucho por hacer y carecen de recursos.
Además, dijo que han enviado cartas a diferentes instituciones como alcaldía y gobernación y hasta ahora no han recibido respuesta alguna.
Pero en Guadalupe la desidia oficial no sólo se nota en la iglesia sino en toda la población.
La plaza Bolívar no recibe mantenimiento por parte de la alcaldía desde hace muchos años y en esta ocasión, para que no diera tan mala impresión a los visitantes, la misma comunidad la limpió un poco.
En plena plaza aún se encuentra el viejo tanque donde depositaban el agua y temen que en cualquier momento se desplome y provoque una tragedia.
Las calles, a excepción de la principal, están intransitables pues nunca les han echado una capa de asfalto.
El mercado artesanal se quedó en veremos y toda la inversión que se hizo se está perdiendo pues la estructura inconclusa está convertida en guarida de antisociales.
A las imploraciones de Isidro Duín para que las autoridades tomen en cuenta que Guadalupe es un polo turístico por la masiva elaboración de artesanía con madera se unen las de Francisco Medina, otro vecino precupado por su pueblo.
En el sector donde reside se encuentran cuatro de las instalaciones que no tienen ninguna atención por parte de los organismos a los que corresponden.
“Mire ese campo deportivo en el estado en el cual se encuentra. Es un sacrificio jugar beisbol o fútbol por el estado en el cual está el terreno, los dogouts y hasta la tribuna donde la gente debe colocarsepara apoyar a los suyos”, dijo.
En efecto, el campo es lo que muy bien puede calificarse como “un peladero de chivos” pues ese tipo de ganado pasta con normalidad pues ni siquiera cerca perimetral posee.
A un lado está el local construido hace años para el puesto policial, pero nunca ha estado en servicio y se deteriora por falta de uso.
Mientras tanto, como en Guadalupe no hay policía, los antisociales, en su mayoría llegados de Quíbor u otras poblaciones, hacen de las suyas libremente.
Inútiles han resultado las gestiones que ante la comandancia en Quíbor, en Barquisimeto y hasta en la Dirección de Seguridad y Orden Público para que pongan en servicio ese módulo para que se sientan un poco protegidos.
En la misma zona se encuentra lo que promocionaron como un mercado de artesanía, construido por la alcaldía del municipio pero corrió la misma suerte que el anterior inmueble pues nunca lo terminaron e igualmente está destruyéndose.
La misma suerte ha corrido la cancha donde los jóvenes aún siguen acudiendo a practicar baloncesto, futbolito u otros deportes, sólo durante el día porque carece de alumbrado y por lo tantono pueden utilizarla en horas de la noche.
En general, en Guadalupe, poblado artesanal por excelencia del municipio Jiménez y del estado Lara, están viendo concluir otro año sumidos en el más completo abandono, sin contar con el suministro de agua potable pues apenas llega a veces una poquita pero en la madrugada y quien no se trasnocha no recibe nada.
Un puente necesario
En la carretera que de Quíbor conduce a Guadalupe, entre Palo Negro y Pueblo Nuevo, existe un paso que solamente puede ser utilizado en verano, no así en temporada de invierno.
Por el sitio pasa una quebrada y cuando llueve en la parte alta los pobladores quedan aislados pues la fuerte corriente de las aguas arrastra a todo aquel que trate de cruzarlo, en especial en vehículos pequeños.
Llevan años exigiendo la instalación de un puente, aunque sea de guerra para no seguir sufriendo incomunicaciones cada vez que llueva fuerte en la parte alta, pero nunca les han hecho caso, como si les importaran poco quienes allí residen. HJB
Fotos: Luis Salazar