El gobierno ruso ha admitido tener interés en brindar auxilio económico a Maduro, pero con la condición de que Juan Guaidó saliera de la jefatura del parlamento. Desde la Asamblea Nacional denuncian que Moscú quiere hacer operaciones que necesitan el aval del Legislativo, y de alli la imposición de Luis Parra con el respaldo del PSUV
Nicolás Maduro necesita una Asamblea Nacional que juegue a su favor. Por eso el chavismo ha apoyado con todos sus votos la imposición de Luis Parra como nuevo «presidente» de la Asamblea Nacional. El propio parlamentario dijo el lunes 7 de enero que es hora de acabar con la confrontación y brindar soluciones a los venezolanos, e invitó al gobernante a presentarse ante el legislativo para debatir su gestión de gobierno, en pro de conseguir mejoras para la gente.
El miércoles 9, en entrevista con la agencia EFE, pasó por agua sus señalamientos de meses anteriores, esos que apuntaban que Maduro usurpa la Presidencia de la República, o que es un dictador. «Nicolás Maduro está allí, haciendo uso de los instrumentos del poder, y nosotros, ¿qué queremos? Normalizar la relación entre los poderes». Agregó que la de 2018 sí fue «una elección cuestionada».
Quien encabeza ahora el parlamento, según la narrativa oficial, es más cómodo que Juan Guaidó. De hecho, Parra no habla de cese de la usurpación ni de transición.
A EFE le expuso su meta: «Lo primero que queremos nosotros y vamos a luchar con todo nuestro esfuerzo es para erradicar la confrontación. Cada quien con sus ideas que pueda libremente cada sector del país volver a la normalidad y lo segundo lograr la despolarización».
Retirar al líder opositor Juan Guaidó de la presidencia del Legislativo era misión ineludible para el chavismo, y para ello el acto de dudosa cualidad legal llevado a cabo el domingo 5 de enero. Después de todo, las leyes venezolanas establecen que los endeudamientos y convenios internacionales que pretenda suscribir el Poder Ejecutivo deben estar avalados por el parlamento. Pero la Asamblea dominada por la oposición ni siquiera reconoce a Maduro como presidente legítimo del país.
Con Maduro pocos quieren hacer negocios. Pero un aliado aún le muestra su respaldo: Rusia. El 31 de diciembre pasado, la agencia Bloomberg informaba que Moscú «intensificará» los esfuerzos para ayudarlo a afrontar la crisis económica una vez que Juan Guaidó saliera de la presidencia del parlamento, según cita del viceministro de Finanzas ruso, Sergei Storchak.
El 5 de enero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia emitió en un comunicado respaldando la asunción de Luis Parra en la Asamblea Nacional. «Consideramos que la elección del nuevo liderazgo del Parlamento es el resultado de un procedimiento democrático legítimo conducente al regreso del esfuerzo político venezolano al campo constitucional», dice el escrito. Es, luego de cuatro días, el único país en dar una declaración de ese tenor.
La posición de Rusia le cae como bálsamo a Maduro, pues en tiempos de sanciones internacionales y estrechez económica de una industria petrolera venida a menos, el auxilio financiero exterior se ha convertido en una necesidad urgente. Las cuentas nacionales ya no aguantan y las reservas están siendo aceleradamente consumidas.
De hecho, el Banco Central de Venezuela reporta que las reservas internacionales se situaban el 2 de enero en 6.630 millones de dólares, lo que representa una caída de $779 millones en comparación al último reporte emitido solo cinco días antes, el 27 de diciembre pasado, que las establecía en $7.409 millones. Es el nivel más bajo en más de 25 años. El diputado José Guerra, también economista, apunta además que de ese dinero se tiene una disponibilidad de liquidez menor a mil millones de dólares.
Ahora Maduro pudiera intentar una nueva ruta para salir del atolladero, pues tendría cómo darle un barniz legal a operaciones de deuda que, constitucionalmente, no pueden concretarse sin aprobación de la Asamblea Nacional.
El diputado Ángel Alvarado, integrante de la Comisión de Finanzas, advirtió la posible ejecución de una operación financiera impulsada por el gobierno de Rusia y la administración de Nicolás Maduro, con la que se pretende dar como garantía y la operatividad de campos petroleros venezolanos a través de una operación de canje de bonos de deuda de la República y Pdvsa.
En rueda de prensa, el parlamentario precisó que el plan sería canjear la deuda externa venezolana en mercados emergentes como Singapur. «Rusia está presionando para que esas operaciones sean aprobadas por los diputados liderados por Luis Parra. Pero la Asamblea Nacional dominada por la oposición es la única que puede aprobar una operación de canje de bonos de deuda externa, así como contratos de interés nacional», recalcó.
Alvarado hizo énfasis en que la nación gobernada por Vladimir Putin no ha hecho préstamos al régimen de Nicolás Maduro desde hace tres años. El también economista explicó que Maduro ha avanzado en el pago de deuda con Rosneft, entregándoles $6.000 millones hasta ahora, pero aún tiene compromisos por saldar: alrededor de $3.000 millones prestados por el gobierno de Vladimir Putin.
Diputados alerta sobre operación ilegal con bonos
Según explicó, la ingeniería financiera moscovita dictaría que los “bonistas” impulsarían el canje de esos papeles por participación en campos petroleros, particularmente los manejados actualmente por Rosneft, la petrolera rusa. Ya Maduro, cuando controlaba el parlamento por los votos, hizo una operación similar al conseguir financiamiento del Kremlin poniendo en garantía el 49,9% de la propiedad accionaria de Citgo, la empresa de hidrocarburos venezolana con sede en Estados Unidos. De allí la presión de Rusia para que Maduro pueda garantizar que “cuenta” con una Asamblea Nacional dispuesta a apoyar tales operaciones.
La idea es que fondos de inversión norteamericanos que cuentan con deuda venezolana puedan vender los bonos a otros fondos de inversión ubicados fuera de territorio norteamericano, esto serviría como una manera de recuperar esta inversión que hoy en día se encuentra atascada por el default del gobierno de Maduro y las sanciones. Luego se llevaría a cabo el canje de deuda.
Recalcó Alvarado que previo a esta posible negociación, se ha evidenciado ya la venta de $2.000 millones de bonos venezolanos a fondos de inversión en Hong Kong.
El abogado especialista en relaciones internacionales Mariano de Alba explica a TalCual que «la ayuda financiera de Rusia a Maduro va a ser a través de la asunción de operaciones petroleras y otros negocios que consideren convenientes, incluyendo la logística de la exportación petrolera. Dudo que Rusia preste financiamiento en efectivo al régimen de Maduro». No obstante, considera que un barniz legal parlamentario sería, en todo caso, un comodín adicional, un seguro extra:
«En realidad no lo necesita, como vimos durante el año 2019. Ahora, con esa ‘legalidad’ aparente podría atreverse a operaciones de mayor envergadura».
A su juicio, la influencia rusa en Venezuela «tiene un peso relevante, pues manejan algunas operaciones petroleras, prestan asesoría y han ayudado mucho a Pdvsa a sortear las sanciones internacionales para seguir obteniendo beneficios de la decreciente producción petrolera». Es más, afirma que próximamente pudiera abrirse una oportunidad adicional a los capitales moscovitas «si el gobierno de EEUU decide no renovar algunas licencias -como la otorgada a Chevron y otras empresas de servicios petroleros – y compañías rusas asumen, al menos parcialmente, esas operaciones». Agrega que Rusia y otros asumen el riesgo de seguir haciendo negocios con Maduro porque lo ven «bastante estable en el poder».
Geoff Ramsey, director de The Washington Office on Latin America (WOLA), dice a TalCual que Rusia no es un socio confiable a largo plazo para Maduro, y él lo sabe. “Los intereses de Moscú se centran en conseguir mayor acceso al petróleo, y Putin trabajaría felizmente con un rival que pueda garantizar este acceso en términos similares o mejores”.
Las estatales Rosneft y Pdvsa mantienen acuerdos millonarios
Dinero negro en juego
Moscú también tiene bastante dinero en juego en Venezuela. El alcance total de ese involucramiento no está claro. Según cálculos de Reuters, desde el 2006 Rusia le ha prestado a Venezuela unos $17.000 millones, la mayoría repartidos en créditos otorgados al gobierno de Maduro.
La cifra no fue confirmada por el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov, que evitó ofrecer una cifra concreta cuando a finales de enero de 2019, se le preguntó sobre ese tema. Y, más allá, se negó a comentar si Rusia temía perder esa inversión en caso de que el chavismo dejara el poder. «No responderé a eso», señaló Peskov, publicó entonces la BBC.
Lo que está claro es que los rusos tienen muchos intereses, especialmente en petróleo. El presidente ejecutivo de Rosneft, Igor Sechin, ha supervisado gran parte de la inversión petrolera de Rusia en Venezuela. La empresa energética estatal tiene acciones en múltiples proyectos en el país, y también le ha otorgado préstamos significativos a Pdvsa. Por ejemplo, posee el 40% de Petromonagas, de Petroperijá y de Petrovictoria; el 32% de Petromiranda; el 27% de Boquerón; y el 32% del bloque Junín 6. También la explotación de campos gasíferos.
De acuerdo con el reporte anual del 2018 de Rosneft, esta empresa es dueña del proyecto gasífero Mejillones y Patao, con derechos de exportación. Venezuela le paga sus deudas a Rusia con petróleo, que se destina principalmente a la compañía india Nayara Energy Limited, de la que Rosneft tiene el 49,13% de participación. India se ha convertido en el mayor comprador de crudo a Caracas, luego de que Estados Unidos cancelara las relaciones con el régimen de Maduro.
En marzo de 2019, se anunció que las oficinas europeas de Petróleos de Venezuela serían trasladadas formalmente a Moscú. Hasta entonces funcionaban en Lisboa, Portugal.
En aquel momento, Delcy Rodríguez afirmaba que el traslado formaba parte de los planes para ampliar la “cooperación técnica” entre Pdvsa y las empresas estatales de hidrocarburos rusas Rosneft y Gazprom. “Ahora es el momento adecuado para hacerlo. Estamos reforzando nuestra relación”, dijo la vicepresidenta de Maduro añadiendo que la Unión Europea y Estados Unidos no dan a Venezuela las garantías necesarias para sus activos. Ya antes, el ministro de petróleo Manuel Quevedo decía que el objetivo era centrarse en “la sustitución de toda la relación comercial” que Pdvsa históricamente tenía con Estados Unidos y consolidar los lazos con Rusia.
«Creemos que la mejor manera de ayudar a los venezolanos es ampliar la cooperación práctica, pragmática y mutuamente ventajosa. Por lo tanto, hemos planeado medidas que apuntan a fortalecer las relaciones comerciales, de inversión, industriales y financieras en cumplimiento de los acuerdos alcanzados por los presidentes Putin y Maduro en Moscú en diciembre del año pasado», apuntó el ministro de Exteriores ruso Sergei Lavrov en marzo pasado.
Sputnik confirms Venezuela’s state oil company PDVSA has finally opened its office in Moscow after months of negotiations. Our correspondent has visited the office location and witnessed the corporate nameplate reading “PDVSA” is among the list of companies in the building
En septiembre de 2019 se confirmó que el despacho de Pdvsa en la capital rusa ya estaba en funcionamiento, en la calle Arbat. “La representación funciona ya (…) Fue inscrita en los registros públicos”, dijo a la agencia Sputnik el responsable de Pdvsa Rusia, Andréi Grisháev; una firma registrada un mes antes «como compañía que ofrece consultoría en comercio, gestión y servicios en el ámbito petrogasístico».
La oficina tiene como constituyentes a PDV EURO-ASIA S.A. de Venezuela, que tiene el 98% de la participación, y su subsidiaria PDVSA Cuba S.A. con el 2%.
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