“Aquí no tenemos agua, salvo cuando cae un aguacero que entonces tenemos en demasía porque nos inundamos”, dice Blanca Nieves Rodríguez, una de las fundadoras y residentes de Casacoima.
Ella forma parte de las noventa familias de esta barriada donde hasta hace algunos años estuvo una estación del ferrocarril Aroa-Duaca.
Ni un vagón quedó, pero sí múltiples problemas y el cansancio que confrontan ante la falta de respuestas a las demandas de los más indispensables servicios públicos.
Explicó que hasta ahora recibían el líquido tres veces por semana pero hace unos días, debido a trabajos realizados en la parte alta, comenzó a llegarles barro o aguas de cloacas pues no hicieron bien los trabajos y se ligaron los tubos.
Enfatizó en el peligro que representa para todos, en especial los niños, por las enfermedades estomacales que provocan.
A Blanca Nieves se agregó José Abarca para exigir les solucionen ese problema pues en Casacoima no han cometido ningún delito como para que les manden aguas cloacales de la parte alta, del sector Caño e’ Venado y otros de la zona.
Igualmente hizo un llamado a alguien de la alcaldía para que pasen a ver el estado en el cual dejaron la entrada principal de la comunidad.
“Aquí vinieron presuntamente a arreglarnos la vía pero lo que hicieron fue terminar de destrozarla y ahora es un problema entrar o salir de Casacoima”, indicó Abarca.
“Y cuando comiencen las lluvias se pondrá peor y va a ser más difícil pasar por esa callecita porque se convertirá en un barrial”, dijo por su parte Maribel Rodríguez, otra vecina del sector.
“Aquí ningún gobierno hace nada por nosotros. Nos tienen abandonados a nuestra suerte y cuando deciden hacer algo lo hacen mal y en lugar de solucionarnos los problemas los echan a perder más, como hicieron con el agua, que comenzaron a mandarnos barro y pudrición”, intervino de nuevo Blanca Nieves Rodríguez.
“No existimos para la alcaldía”
Le apoya María Salcedo, también habitante de Casacoima, para quien el sector es el menos atendido por parte de la alcaldía de Crespo.
“Nosotros como que no existimos para la gente de la alcaldía porque seguimos sin vía de acceso, sin calles, sin alumbrado público, y ahora también sin agua potable”, manifestó Salcedo.
Karelis Abarca, otra de las vecinas del sector, hizo una invitación a la alcaldesa, doctora Elizabeth de Valecillos, para que los visite y se percate de la forma como viven allí las cerca de noventa familias.
Incluso, le invitarían a un desayuno o un almuerzo para que la visita no sea fugaz, de apenas unos minutos, sino que se quede un rato y vea bien que en Casacoima no tienen calles, que cuando llueve no pueden salir pues la vía de acceso se convierte en un lodazal, y vea el color del agua que sale por las llaves.
Karelis Abarca también abogó por un operativo de fumigación por parte de las autoridades sanitarias pues, debido a que están al lado de una montaña y de quebradas, los zancudos no les permiten vivir en paz.
“Aquí uno no puede dormir tranquila porque tiene que dedicarse a matar zancudos que parecen aviones y en cada pinchazo inyectan enfermedades”.
Fotos: Luis Salazar
