Don Larsen, jugó para varios equipos y alcanzó la gloria del béisbol en 1956 con los Yanquis de Nueva York cuando lanzó el único juego perfecto sin hit en la historia de la Serie Mundial, falleció este miércoles a sus 90 años.
El agente de Larsen, Andrew Levy dijo que el expitcher murió de cáncer de esófago en Hayden, Idaho. Levy comentó que el hijo de Larsen, Scott, había confirmado el fallecimiento.
Larsen fue un jugador inusual que consiguió lo que ningún pelotero del Salón de la Fama logró en el clásico de otoño. Tuvo marca de 81-91 en su vida, nunca ganó más de 11 juegos en una temporada y terminó con foja de 3-21 con Baltimore en 1954, un año antes de que fuera enviado a los Yanquis como parte de una operación que involucró a 18 jugadores.
En la Serie Mundial de 1956, que ganaron los Yanquis en siete juegos, salió del montículo en la segunda entrada del segundo partido contra los Dodgers de Brooklyn y no pensó que tendría otra oportunidad de lanzar. Pero cuando llegó al estadio de los Yanquis la mañana del 8 de octubre encontró un bate de béisbol en su zapato, la señal del piloto Casey Stengel de que sería el abridor del quinto encuentro.