Un muy acelerado envejecimiento poblacional se ha registrado en Venezuela, desde 2015 como consecuencia del éxodo masivo que se ha registrado, aseguró la directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la universidad, Anitza Freitez, quien señaló que el éxodo, mayoritariamente de jóvenes, ha aumentado la tasa de población económicamente dependiente.
El planteamiento fue formulado en un seminario internacional realizado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), donde se reveló como en apenas cinco años, la emigración venezolana cerró al país la ventana de oportunidades asociada al bono demográfico, es decir, las ventajas relacionadas a contar con una población en edad de trabajar mayor al número de personas económicamente dependientes.
Según datos presentados por Freitez, la emigración masiva abrió una brecha de siete puntos en la tasa de dependencia, que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) calculó, para 2020, en 58 personas dependientes por cada 100 mil personas en edad productiva, aunque la Organización de Naciones Unidas (ONU) estima esa relación en 65.
La especialista advirtió que todo esto demanda la elaboración en Venezuela, de políticas públicas para la atención de la gente mayor que enfrenta ya condiciones muy adversas, así como buscar compensar la pérdida del recursos humano necesario para servicios clave como educación y salud.