La controversia alrededor de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional va a ser difícil de eliminar. Por lo menos esta temporada en donde los protagonistas son las sanciones, la política y la falta de jugadores de renombre, en la que hasta el año pasado era la liga dónde se exhibía el mejor béisbol del caribe.
Parte de esa controversia gira entorno a la intención del régimen en hacer creer, que porque en el país se juegue béisbol, todo está absolutamente normal. La «brillante» idea de Rafael Lacava, representante del régimen en el estado Carabobo tenía la intención de hacer ver esa normalidad en el partido inaugural en el estadio José Bernardo Pérez de Valencia en el juego entre Bravos de Margarita y Navegantes de Magallanes.
El marcador pasó a segundo plano, quienes jugaron no importaron. Ahí lo que importaba era hacer creer al mundo que «en Venezuela todo está normal». Y es que el juego fue transmitido para toda Latinoamérica por DirecTV.
¿Qué hizo Lacava?
El «batigobernador» ordenó a través de los consejos comunales en Valencia reunir al menos 10 mil personas para llevarlas al estadio.
Una comunicación difundida por la periodista Mari Montes en Twitter (@porlagoma), dió cuenta de toda la logística y el despilfarro de dinero en un país que padece una crisis hospitalaria severa. Carabobo no escapa a esa triste realidad.
En horas de la noche el propio Lacava publicó un vídeo donde mostraba un José Bernardo Pérez repleto de gente como nunca en la historia había pasado en un juego inaugural. Entradas regaladas con dinero del estado, comida y bebida para todos los invitados y la disposición de al menos 200 autobuses en un país donde la crisis de transporte se vive a diario.
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No sé sabe hasta cuando podrá exhibirse tal «normalidad». Falta ver el resto del calendario (mutilado) en la ciudad de Valencia y si el José Bernardo Pérez siempre estará a reventar. ¿Regalarán entradas para todos los juegos? ¿Quién paga esas entradas, esa comida y esas bebidas de esos invitados de Lacava?
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Las dictaduras y el deporte
Esta vez un solo ejemplo basta para entender lo que significa el deporte para la política y en este caso para una dictadura.
El mundial de futbol Argentina 78. Era pleno proceso de Reorganización Nacional en la Argentina y una junta de comandantes era la que tenía el poder Jorge Rafael Videla, Eduardo Emilio Massera y Orlando Ramón Agosti,
La brillante idea de este tridente dictatorial fue la de organizar la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA. Este es el ejemplo más ilustrativo e lo que significa la manipulación del deporte y la celebración de un evento deportivo por un régimen autoritario.
No se trataba de fútbol, no se trato de un solo juego como pasó el miércoles en Valencia con el juego de Bravos de Margarita y Navegantes del Magallanes. Fue un campeonato con mas de 20 juegos y poner en la mesa nada mas y nada menos que el 10% del presupuesto argentino de la época. “Poco importaba a Videla el fútbol. Él y su régimen dictatorial se dieron cuenta que organizando y ganando una Copa del Mundo obtendrían más poder y prolongarían su dictadura cívico-militar” dice un pequeño extracto del libro “El fútbol como fiesta, el balón como bandera”, de la historiadora y comunicadora española Gloria de los Ángeles Zarza Rondón.
