Al menos 71 personas murieron en el este de Pakistán en un incendio en un tren en marcha provocado por un hornillo de cocinar, según dijeron las autoridades este jueves.
El fuego arrasó los vagones cuando el tren se acercaba a la localidad de Liaquatpur, en la provincia de Punjab. La tragedia se suma a otros siniestros en la desvencijada red ferroviaria paquistaní, que sufre de una mala gestión y un pobre mantenimiento.
Los sobrevivientes describieron escenas espantosas en las que otros pasajeros saltaban gritando por las ventanas, con los vagones envueltos en llamas.
“Podíamos oír a la gente llorando y gritando pidiendo ayuda”, dijo Chaudhry Shujaat, que había subido al tren unas pocas horas antes con su esposa y sus dos hijos. “Creí que moriríamos. El siguiente vagón estaba en llamas. Nos sentimos muy impotentes”.
El incendio comenzó al estallar un hornillo de gas cuando algunos pasajeros se preparaban el desayuno, indicó el subcomisario Jamil Ahmed. La cifra de muertos había ido subiendo desde la madrugada, indicó,
Once de los 43 heridos seguían graves, indicó Kaleem Ullah, miembro de los servicios de emergencia del distrito.
Varias personas saltaron del tren en marcha para escapar de las llamas y muchas de ellas murieron, indicó Ahmed. El tren terminó frenando en seco.
Ghulam Abbas, un pasajero que había subido al convoy con su esposa y sus dos hijos en la localidad de Nawabshah, en la vecina provincia de Sindh, recordó haber visto a pasajeros aterrados saltar de su vagón.
“Después supimos que la mayoría de ellos había muerto”, dijo, señalando que el tran había tardado casi 20 minutos en detenerse.
Su esposa, Sulai Khan Bibi, dijo haber estado aterrorizada pensando en qué ocurriría a sus dos hijos pequeños. “Estuvimos tan cerca de morir, pero Alá nos salvó”, dijo abrazando a sus hijos.
Los pasajeros pobres suelen llevar sus pequeñas cocinas de gas para preparar comida en los trenes, pese a las normas que lo prohíben, indicó el ministro de Ferrocarriles, Sheikh Rashid Ahmed. Las normas de seguridad suelen ignorarse en los trenes abarrotados.
Gente de los pueblos cercanos corrió hasta el tren con cubos de agua y palas para ayudar a sofocar las llamas, “pero fue imposible”, dijo el subcomisario Ahmed.
Rescatistas e inspectores buscaban por la mañana entre los restos calcinados del tren, buscando sobrevivientes y ayudando a los heridos. La televisión local paquistaní mostró imágenes del enorme incendio en el que se veía a los bomberos tratando de controlar las llamas.
Las autoridades señalaron que aún estaban intentando identificar a las víctimas y que la lista de muertos y heridos aún no estaba terminada. Se envió otro tren para llevar a los sobrevivientes a la ciudad de Rawalpindi.
El tren había salido de la ciudad portuaria de Karachi, capital de la provincia sureña de Sindh, en dirección a la ciudad de Rawalpindi, indicó el subcomisario Ahmed.
Los accidentes de tren son habituales en Pakistán, a menudo debido al mal estado de la infraestructura y la negligencia de las autoridades.