Treinta grupos irregulares, fuertemente armados, están operando en la frontera colombo venezolana.
Al ser entrevistado por Elimpulso. com, el Dr. Javier Tarazona, director general de Fundaredes, afirmó que la gravedad de esta situación es que el régimen venezolano “ guarda silencio y sociedad con estos terroristas”.
Es por ello que, desde el Táchira, donde reside, ha apelado a las autoridades colombianas.
El último documento lo ha consignado ante la Fiscalía General de Colombia, cuyo titular, Fabio Espita, denunció que municiones venezolanas eran utilizadas en su país por miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Además, el Congreso colombiano ha emitido resoluciones y acuerdos de rechazo por la permanencia de guerrillas en Venezuela.
Del mismo modo, el propio gobierno ha enviado documentación a la Corte Penal Internacional y a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Pero, el régimen venezolano ya sabemos cómo actúa, dijo el Dr. Tarazona, quien precisó que en la frontera hay 8 frentes del ELN, 6 de las FARC que no se sometieron a la pacificación y 4 del Ejército Popular de Liberación. A estos 18 hay que añadirles doce grupos de paramilitares y parapoliciales, entre los cuales se encuentran las Águilas Negras y Las Botas de Caucho, entre las más renombradas.
Por su parte, Arturo Molina, dirigente social del Táchira, quien también fue consultado por Elimpulso.com, dijo que como la frontera se mantiene cerrada y sólo está funcionando el paso peatonal, los grupos irregulares operan con mayor facilidad.
El grupo terrorista Águilas Negras opera a sus anchas en los municipios Junín y Urdaneta, cuyas capitales respectivas son Rubio y Delicias.
Igualmente actúan los Urabeños y Los Rastrojos, así como disidentes de las FARC, que ejercen el control sobre la mercancía que es pasada de Colombia hacia Venezuela y del combustible que es llevado de aquí hacia allá.
El cierre fronterizo permitió que los colectivos del régimen venezolano se establecieran en las trochas, que tienen el mismo objetivo de los anteriores grupos mencionados.
Tal es el poder que tienen estos grupos que en Ureña, por ejemplo, decretan el estado de sitio, ya que a partir de las cinco o seis de la tarde, obligan a la gente a resguardarse en sus domicilios, porque después de esas horas no les tiembla el pulso para empuñar sus armas de gran potencia frente a sus rivales.
La situación de la frontera se ha hecho tan peligrosa que se ha llegado al extremo de que desde que el régimen colocó los containers en el puente internacional Simón Bolívar y en el de Tienditas, llegaron integrantes del Tren de Aragua, el grupo delictivo de ese estado y están operando también y rivalizando con otros delincuentes.
Esta situación fue denunciada por la gobernadora Laidy Gómez, pero en lugar de obtener una respuesta pretendieron asociarla a esos terroristas. Incluso, señalaron a personas que no tenían nada que ver con ella.
Desde hace cuatro años el aeropuerto de San Antonio dejó de funcionar. Allí existe una comandancia militar, pero por encima de ésta está Freddy Bernal, de quien se sabe que ha mantenido contacto con irregulares colombianos desde que se instaló el régimen de Chávez-Maduro.