Cuando pensaba haberme librado de los cuchillos “Ginsu 2000”, del bolígrafo que escribe en la luna llamado “Space Pen” o de las cobijas “Snuggie”, volvió la fórmula del infomercial repotenciada y más sofisticada: Los webinar. Basta con conectarse a uno, para detectar en todos la misma estructura:
CAMBIARÁN TU VIDA PARA SIEMPRE: “Después de ver este webinar, ¡no serás el mismo! Lograrás la libertad financiera que tanto anhelabas y todos querrán ser como tú”. En pocas palabras, todo webinarista se cree Jesucristo: divide la vida de las personas en AW-DW (Antes del Webinar y Después del Webinar).
SUS CASOS DE ÉXITO SE CUENTAN EN MILES: Webinarista que se respeta, tiene más clientes que tiempo de vida. Siempre dicen cosas como: “Ya son más de 2500 las empresas que he asesorado en los últimos 3 años”. Y si divides 2500 entre 3, pues este tipo asesora dos empresas por día (y lo deben patrocinar Red Bull, Nescafé y el Cartel de Sinaloa, para mantener ese ritmo).
EL WEBINARISTA HABLA DE SU TRAYECTORIA CADA DOS MINUTOS: Uno entra a ver un webinar y termina aprendiendo más de la biografía del ponente que del tema. Y escucharlo, te hace sentir totalmente fuera de grupo. Según él, todo el mundo lo conoce, pero solo faltabas tú. Y lo logra, pues ahora sales del webinar regañando a tus amigos por no conocer al Brad Pitt de los webinar. En pocas palabras, en ese webinar te metió el güevinar.
TESTIMONIOS: Todo webinar debe presentar testimonios de gente curada por la Oración Fuerte del Espíritu Santo… (¡Ah, perdón!… por el webinar).
TIENE UNA OFERTA ESPECIAL SOLO PARA TI: El webinarista es una persona cuya hora-hombre es supercostosa, pero casualmente, por esta oportunidad única en la vida (y si te inscribes en los próximos minutos), ¡te dará una oferta del 80% solo para ti! Y si antes ibas a pagar mil dólares, ahora solo pagarás 200 (pero nunca te dice que ésa es su verdadera tarifa).
APLICAN EL COITUS INTERRUPTUS: Me he conectado a ver varios webinar en mi vida y todos me dejan con esa pornográfica sensación. Es como jugar con un niño que te presta sus juguetes y luego te los quita abruptamente. Ahora, no sé, pero cuando me pasaba eso en la infancia, en vez de querer seguir jugando con ese niño, lo que deseaba era mandarlo a la mismísima *$#”&%¡¿¡?. Además, uno acaba el webinar sintiéndose como en el final de un episodio del Batman de los ’60: “¿Seré capaz de ponerlo en práctica? ¿Lograré vivir de esto? ¡No se pierdan otro interesante episodio del webinar!”
¿Te quedó claro el símil entre los infomerciales y los webinar? Te lo pregunto, pues este 31 de octubre estaré dictando mi webinar “Cómo ser un webinarista exitoso”. Ya son más de 10 mil los webinaristas formados por mí en el último año. Hoy todos dan webinars hasta en el asteroide B612 y ganan cientos de miles de dólares haciendo lo que les gusta, donde les gusta y a la hora que les gusta. El costo del webinar es de 4 mil dólares, pero si te inscribes ya, te lo dejo en solo 500… ¡Sí!… ¡500 Bolívares!… ¿Qué esperas?… ¡Ah!… Y si te inscribes ya, te incluyo un set de cuchillos “Ginsu 2000”, un bolígrafo “Space Pen” y una acogedora cobija “Snuggie”.
Reuben Morales