La insistencia en mantener una política errada ha hecho que Lara haya ido perdiendo sus empresas, expresó Mahomed Hussein, quien anoche se juramentó como presidente de la Cámara de Industriales del estado Lara.
De casi 1000 empresas que funcionaban en su casi total capacidad al comienzo de este régimen, ahora sólo hay unas 250 entre pequeñas y medianas.
En promedio, las nóminas de las empresas eran de 350 trabajadores, número que ahora oscila en 40 y 50 personas. Y la capacidad operativa es de apenas 18 por ciento.
El problema que más afecta a las actividades económicas es el racionamiento eléctrico, ya que por lo general la interrupción del servicio es de seis horas, pero, sucede entre las nueve de la mañana y las cinco de la tarde, precisamente en el tiempo en que deben operar las empresas, ya que las labores se realizan en el día solar.
Hussein ha estado en la industria metalmecánica, sector que está deprimido, del cual la firma más importante era Sidetur, que ha dejado de ser punto de referencia.
En este renglón empresarial quedan unas treinta empresas, que viene siendo el 10 por ciento de las que existían hace veinte años.
Considera el líder industrial que al producirse el cambio en la economía tiene que predominar la confianza, ya que éste es el pasaporte que utiliza el dinero para desarrollar cualquier país.