Como Nicolás Maduro tiene bajo su control todos los poderes públicos con excepción de la Asamblea Nacional, es difícil que haya unas elecciones presidenciales, sencillamente, porque él, con el rechazo que tiene, las perdería.
Así, claramente, es la situación, dice Eduardo Semtei, quien fuera vicepresidente del Consejo Nacional Electoral.
-Se ha dejado de hablar de cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. ¿No está afectando el sector político a la gente que piensa que ya existe un pacto secreto para hacer las elecciones parlamentarias?
-En este momento lo más lógico es que haya unas elecciones parlamentarias, en las cuales participe masivamente la oposición.
-Pero, la oposición desconfía de unas elecciones parlamentarias y pide que sean unas presidenciales para salir de Maduro.
-A la oposición se le presenta la oportunidad de conservar lo único que tiene: el Poder Legislativo.
-¿Y si se inclina por la abstención?
-Entonces se le brindaría la oportunidad al régimen de alzarse con el parlamento, por el cual ha venido penando. Tal como están las cosas, la oposición podría lograr de las 167 curules, 145 ó más. Con un número tan grande de parlamentarios en su contra, Nicolás Maduro se vería obligado a renunciar. Tendría que tomar una decisión sobre su destino, porque él sabe que el pueblo lo rechaza y no lo va a tolerar. Y eso sí daría la oportunidad a convocar a un proceso electoral para escoger al nuevo presidente de la República.
-Sin embargo, hay diferencias entre los opositores. Hay un sector que está de acuerdo con que haya elecciones presidenciales y no parlamentarias,
-No existen dos oposiciones, sino una y toda está con Juan Guaidó, desde el pasado 23 de enero cuando juró como presidente encargado. Lo que pasa es que el grupo de Henri Falcón señala que por acuerdos sucesivos y acumulativos es conveniente ir a las elecciones parlamentarias. Otros opositores sostienen que no pueden rendirse y mantienen la posición de ir de una vez a unas elecciones presidenciales, pero, como Maduro no va a querer medirse en una contienda de esa naturaleza por estar apoyado en todos los poderes que tiene bajo su control.
-¿Cree usted que la gente del pueblo va a querer ir a unas elecciones cuando tanto se ha hablado del CNE como el que monta la trampa?
-La gente del pueblo no tiene la culpa de creer eso, porque ese fue un mito que nosotros creamos. Inventamos que en el CNE hay una bruja malvada, que cambia la voluntad de los electores y cuando éstos van a votar, ella, invisiblemente, voltea los votos para favorecer al régimen. Entonces, se dice que si no se cambian los rectores y no se saca a esa sayona, no se puede ir a elecciones porque vamos a perder. Claro, que es importante cambiar el CNE pero para ello hay que llegar a un acuerdo acumulativo y sucesivo con el régimen.
Semtei dice que con el cambio de autoridades en el organismo no se ganan elecciones.
-No es verdad que las máquinas sean tramposas. No hay pruebas que demuestren eso. Ni una sola acta se ha levantado sobre eso.
-¿Y de los funcionarios qué nos puede decir?
-No pueden manipular las máquinas. Se pasan por 19 pruebas técnicas. Esa es una mentira que se ha venido corriendo sobre las máquinas. Yo estuve en el CNE y puedo afirmar que no hay demostración de que haya habido trampa en veinte años… Ese un cuento inventado y por el cual ahora somos nosotros reos de nuestras maldiciones.