#Opinión: La falta absoluta del Presidente Por: Joel Rodríguez Ramos

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Desconozco el verdadero estado de salud del Presidente de la República. Creo que la mayoría del pueblo venezolano lo desconoce. Es más, hemos llegado a un estado tal de confusión sobre ese tema, que es imposible saber la verdad. Es curioso ver o leer, por ejemplo, que cuando algunos señalan que la salud presidencial es muy delicada, otros responden o comentan, “no, eso no es así, Chávez no está enfermo, eso es mentira, es un show, una estrategia muy bien montada por el G2 cubano y Fidel Castro con propósitos inconfesables”. Pero cuando alguien del régimen (Maduro o Cabello) dice que el Presidente está bien, incluso hasta muy bien, mucha gente comenta “qué mentirosos y desconsiderados, el Presidente delicado o grave, en terapia intensiva y ellos negándolo y diciendo que está muy bien”. Pareciera que el tema ha sido manejado por el régimen venezolano para que no se sepa la verdad y sacar el mejor provecho hasta de la peor situación. El tiempo es sabio y dirá la última palabra.

Sea lo que sea, todo el mundo me pregunta qué pasa si hay falta absoluta del Presidente. Otras veces me he referido al tema, pero hay poca memoria y viendo tan probable que el hecho ocurra, se replantea la interrogante. De acuerdo a nuestra Constitución Nacional, las faltasdel Presidente de la República pueden ser de dos tipos: faltas temporales y faltas absolutas. Las faltas temporales las suple el Vice – presidente de la República hasta por 90 días, prorrogables por otros 90 días, de acuerdo a decisión de la Asamblea Nacional (Art. 234 CN). La falta temporal se produce cuando el Presidente de la República se ausenta del territorio nacional por más de cinco días consecutivos, aun estando autorizado para ello, o cuando estando dentro del territorio nacional, no puede atender las funciones inherentes al cargo por razones de salud, sometimiento a juicio o cualquiera otra. Cuando Carlos Andrés Pérez fue suspendido de sus funciones en 1993, por ejemplo, se produjo falta temporal, la misma se prolongó por más de 90 días y quedó destituido por decisión del entonces Congreso Nacional. En ese momento estaba vigente la Constitución de 1961, que en este tema tenía una normativamuy similar a la actual. Para el momento de escribir estas notas el presidente Chávez ya ha incurrido en falta temporal y el vice – presidente Maduro debería juramentarse como presidente encargado,mientras dure esa falta temporal. No lo ha hecho, luego hay un vacío de poder.

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La falta absoluta del Presidente de la República, por su parte, se produce porla muerte, renuncia, destitución decretada por el TSJ, incapacidad física o mental, abandono del cargo y revocatoria del mandato del Presidente (Art. 233 C.N.). Aparentemente el Presidente está en peligro de muerte por su grave enfermedad. A eso debe agregarse que su período presidencial está terminando, faltan 40 días para su fin, termina el 10 de enero de 2013, pero a la vez él está reelegido para otro período de seis años que comienza ese mismo día. Si se produce la falta absoluta antes de ese día (10 de enero de 2013) se encargaría el vice – presidente Maduro hasta ese día. Ese día (10 de enero) el VP Maduro entregaría el cargo al Presidente de la Asamblea Nacional quien lo ejercería hasta la elección, por votación universal, popular, directa y secreta, de un nuevo Presidente, lo cual debe ocurrir dentro de los 30 días siguientes a la fecha que se produjo la falta absoluta. Si la falta absoluta se produce después de la toma de posesión de Chávez, es decir, después del 10 de enero, se encargaría el Vicepresidente nombrado ya en el nuevo período, es decir, nombrado después de la toma de posesión (Maduro u otro), hasta la elección popular, universal, directa y secreta del nuevo Presidente. Pase lo que pase, no tengo duda que haber postulado para la pasada elección del 7 de octubre, a un candidato tan enfermo como Chávez, con 14 años en el poder, cansado y debilitado, fue un acto de suprema irresponsabilidad que está a punto de someter al país a una gravísima crisis institucional y política, además de que todo el esfuerzo humano, material y logístico hecho para el 7 de octubre, se perdería en forma absoluta, pues habría que convocar rápidamente, como queda dicho arriba, a una nueva elección popular, universal, directa y secreta para elegir a un nuevo Presidente. Por eso es tan mala la reelección presidencial.

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