“No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia.”
Charles Louis de Secondat
Mejor conocido como el Barón de Montesquieu o simplemente Montesquieu, fue un filósofo francés nacido en el año 1.689 y falleció el 10 de febrero de 1.755. Fue un filósofo, ensayista y jurista francés cuya obra se desarrolla en el contexto del movimiento intelectual y cultural conocido como la ilustración. Como jurista Montesquieu tuvo una prolija carrera intelectual.Sus tratados visionarios han servido como guía para elaborar constituciones modernas de países alrededor del mundo, de hecho, su principal doctrina: “La Separación de los Poderes,” es una guía universal.
“En cada estado existen tres clases de poderes: la potestad legislativa, la potestad ejecutiva de las cosas que preceden del derecho de gentes y la potestad ejecutiva de aquellas que dependen del derecho civil…”
Su pensamiento estuvo arraigado a los conceptos que tenía de la libertad y de la felicidad, en el sentido cívico (Fuente: Wikipedia).
Podemos partir el análisis que nos compete en que, la justicia ejercida en las sombras de las manipulaciones, interpretaciones a conveniencia, y/o con terrorismo judicial engendra la oscuridad entre la ciudadanía.
El camino de la paz está signado por la aplicación de la justicia a través de la ejecución del “Estamento Legal nacional e internacional vigente” que conlleve al restablecimiento del estado de derecho que respete el espíritu, propósito y razón del legislador probo plasmado en la Constitución Nacional, las leyes y sus reglamentos.
Se debe respetar la autonomía universitaria y a las autoridades de las magnas instituciones educativas donde se forman los ciudadanos; las “Casas que vencen las Sombras y protegen la voz del pensamiento… Libre.”
De nuestras universidades han surgido diagnósticos y soluciones referentes a los problemas políticos que destruyen al país. Enfrentamos una problemática con génesis político y son los políticos quienes deben resolver el maremágnum que destroza la calidad de vida de los ciudadanos pero esto tiene ramificaciones económicas y sociales determinantes en el bienestar de la población, y es en estas instituciones donde se aprende a resolver hasta las disyuntivas filosóficas y artísticas.
La prosperidad de las naciones está determinada por la educación que tienen sus habitantes. Bien dijo el Libertador:
“Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”.
Se trata de demostrar la realidad procesal a través de la verdad real, sin ambigüedades. La responsabilidad que debe desempeñar el “Estamento Legal” tiene que basarse en el pragmatismo de su actuación ejerciendo la autoridad necesaria para cumplirla.
Supongo que es por ello que se debe analizar de manera imparcial al informe Bachelet, y de ser positivo apoyarlo, realizar las gestiones necesarias para que en un tiempo perentorio se active la justicia nacional y, de ser el caso la internacional.
El “Estamento Legal” no debe, ni puede ser letra muerta plasmada en el inerte papel, existen tratados internacionales que tienen efectos supra constitucionales: Oficina de los Derechos Humanos de la ONU; La Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH); La Convención de Palermo; el Tratado Internacional de Ayuda Reciproca (TIAR); La Responsabilidad de protección (R2P); la Doctrina Roldós Aguilera; El Estatuto de Roma de la Corte penal Internacional…