El sector pecuario se encuentra en estado de emergencia, declara Nicanor Oropeza, directivo de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga).
Con los precios que rigen el mercado de sus rubros -carne y leche- no se cubre los gastos de producción.
Debido al bajo poder adquisitivo de la población ha bajado el consumo de esos alimentos.
Tienen muchos problemas para trabajar, siendo los principales los siguientes:
-Se están acabando los vientres que quedan.
-Merman los rebaños porque existen dificultades para mantenerlos.
-Existe inseguridad jurídica y personal.
-Se encuentran en malas condiciones las vìas de comunicación, las cuales empeoran cada dìa.
– Los continuos “apagones” impiden el funcionamiento de los equipos de ordeño y el riego de los pastizales.
-No hay insumos en todo el territorio nacional y los que se obtienen en el mercado negro están dolarizados. Pequiven ha dejado de producir urea.
-No hay semilla certificada.
-No se consigue medicina veterinaria.
-No hay repuestos para la maquinaria agrícola.
-El verano ha hecho estragos en la producción.
Oropeza señala que vamos a un proceso de dolarización de la economía y, por tanto, si no se dolarizan los sueldos y salarios será imposible recuperar el nivel de consumo de la población.
Históricamente, producir un kilo de carne estuvo en un dólar; pero, la situación de crisis que se ha presentado ha hecho que ese precio no se mantenga. Al contrario, ha bajado, perjudicando al productor.
En este sentido, dijo que en julio se estaba vendiendo el kilogramo a ochenta centavos de dólar, pero en agosto descendió a cincuenta centavos de la misma moneda. Y se mantiene a ese nivel, pero la hiperinflación devora vorazmente el precio.
A manera de ejemplo indicó que el valor de un kilo es de diez mil bolívares, pero ya el dólar sobrepasó los veinticinco mil bolívares.
La leche en el mercado internacional oscila entre veinte y treinta centavos de dólar. En las mejores plazas de leche fría cuesta más producirla por el uso de tanques de enfriamiento, fletes, insumo de limpieza, mano de obra especializada y otros gastos. Es por ello que su valor se sitúa en 6.000 bolívares. Y la leche caliente está a 4.000 bolívares a puerta de corral.
Como la mayoría de la población está desprotegida, apenas el 20 por ciento puede consumir leche y carne.
Las estadísticas de Fedenaga demuestran que el consumo de carne se ha reducido a 8 kilos por persona anualmente.
En cuanto a la leche, el 80 por ciento de las queseras que existen en venezuela son artesanales. Y menos del veinte por ciento son industriales, las cuales están muy golpeadas sobre todo por el pésimo servicio de energía eléctrica.
Se requiere electricidad no sólo para la industria sino para el ordeño y el riego.
La crisis ha afectado tanto al sector pecuario que desde el 2015 dejaron de hacerse las ferias ganaderas en Carora, la tierra emblemática del ganado larense.