El instinto es lo que interiormente incita al hombre y los seres vivos en momentos inesperados. Es innato, curiosamente se halla más desarrollado en el animal de menos inteligencia.
El instinto tiene diversos conceptos en el hombre empezando por significar los actos mínimos que se refieren a la vida vegetativa y de conservación. Algunos científicos han llegado a expresarse en contra del llamado instinto de lo genial y lo inspirativo. Según Bossuet el instinto es el impulso apuesto a la elección.
Si no podemos concebir separados el alma del cuerpo, entonces el análisis será una distinción; tampoco se pueden separa los instintos debido a las necesidades del cuerpo de las tendencias anímicas.
Como instintos propios del alma con el cuerpo podemos citar el temor a la muerte, como una manifestación del instinto de conservación, el pudor, el apetito de amor, la repulsión o disgusto, el asco y al instinto de maternidad. La distinción más usual los clasifica en instintos de la conservación propia como la comida y en instinto de la conservación de la especie como la protección, subdivididos los últimos en sexuales, materiales y sociales; entre estos figura uno de los más importantes: La imitación.
No es raro que se hayan dado tantas definiciones del instinto sin que ninguna de ellas contradiga los demás, revelando que más que definiciones son descripciones de algunos de sus caracteres.
Para Darwin y todos los partidarios del transformismo se reducen a un conjunto de hábitos trasmitidos hereditariamente y adquiridos mediante acciones reflejas. Según Aristóteles el instinto es un modo de actividad producido por un estímulo interior, el de la naturaleza primitiva y especial del causante.
En el hombre, el más flexible y menos fatal que en los animales. Según el libro «La vida intuitiva de espíritu» el instinto humano tiende a devolverse, con lo cual se distingue el propio, de las bestias, haciendo posible el progreso para el hombre y no para los animales. La mayor flexibilidad de la inclinación o tendencia en el hombre procede de las condiciones debido a una organización y a su realidad espiritual. El instinto en el hombre es progresivo y perfectibles.
Por el lado de los animales, el instinto en las aves que emigran se debe a la necesidad de encontrar el alimento que es difícil hallarlo en la zona que están o a causa del clima y la estación. Es el arte admirable con que algunos animales construyen sus nidos para guarecerse y librar a sus descendencia de los peligros que la rodean en los primeros tiempos, cuando son débiles.
La abeja elabora sus celdillas siempre de forma hexagonal, porque el arte de construir en ellas es instintivo, no inteligente, por la misma razón nunca serán dueñas de perfeccionar su obra ni mejorarla, ni cambiar el motivo que siempre será el mismo, ya que en este caso las condiciones de perfeccionamiento no sirve para caracterizar el instinto, en las termitas y las hormigas existe una gran organización. Los castores construyen grandes obras de ingeniería con admirable habilidad construyen diques y represas en las corrientes de las aguas para impedir el paso de sus enemigos depredadores.
Siempre se reciben sorpresas cuando tratamos de estudiar los procedimientos de los animales como el pájaro que elabora fuertes y bellos nidos, el instinto del salmón que naciendo en lo alto de las montañas en los riachuelos recorre kilómetros, grandes distancias para llegar al mar y comer hasta saciarse, luego regresa sorteando todo tipo de peligros sin salirse del camino, subiendo incluso por altas cataratas, para llegar de nuevo hasta su hogar el riachuelo. el delfín pertenece al grupo de animales que con sus aptitudes y habilidades puede comunicarse con sus congéneres y con el hombre a través de sonidos, silbar, reír, y saltar con su capacidad de captación y adaptabilidad hace pensar que no solo es portador de un gran instinto sino de una inteligencia.
Los caballos y los perros responden al hombre con el instinto de obediencia; son considerados los animales más sociables, nobles y fieles.
La organización de algunos animales es tan asombrosa que obliga a pensar que definitivamente su instinto revela una gran inteligencia se pueden unir los animales al progreso y ayudarlos a progresar, necesario es confirmar que lo afirmado por naturalistas célebres la inteligencia o el instinto que no dista tanto de la inteligencia humana, es indudable que la distancia es grande de no llegar, entre el mono y el Hotentote, es la misma separa este de Newton o de un Arquímides.
Entre todos los estudios hechos lo que sí sabemos es que el impulsa se cumple necesariamente, por eso la hormiga, la termita y la abeja cumplen siempre sus deberes sin desviarse un ápice de ellos, por esta razón en estas sociedades no existe lo que en la sociedad humana el premio y el castigo y ante esta ausencia el único carácter distintivo confirma en los animales el instinto como su elemento de conservación y nada más.
Amanda Niño de Victoria