La Federación Nacional de Ganadero de Venezuela (FEDENAGA) hace un llamado al sector productivo, hacedores, emprendedores y a todo aquel que desea apostar en positivo al país a mantener firme y luchar con toda fe y energía contra el atropello, la supervivencia y el respeto a tantos años apostando a la nación y el sentimiento a las vocaciones de quienes aman y hacen vida en sus empresas del sector rural, que lo hacen con pasión a cualquier sacrificio y costo que sea muy consciente de que producir los alimentos no es tan fácil, pero si convencido que la sagrada pasión a sentir por la productividad es más fuerte que los más grandes de los tropiezos, aparte de que, quien trabaja con pasión, como es el caso de la familia ganadera de Fedenaga, le permite ver una esperanza, una oportunidad donde otros ven una tragedia; por ellos es saludable para toda la gente pensante que desea un país distinto apuntando al progreso, a la prosperidad para todos que puedan producir lo que se consume y un poco más, como son las aspiraciones de Fedenaga; y hay que escuchar los mensajes que vengan de personas de buena fe, con la mente abierta y corazón limpio, así como el líder debe tener la virtud de influir en muchas vidas, su liderazgo debe convertir el miedo en fuerza, la oscuridad en luz y sin duda eso lo ha cumplido Fedenaga y su Junta Directiva presidida por Armando Chacín, quien ha sabido defender el gremio, frente a estos avatares y grave crisis que se empeña a frenar y no darle paso a la creatividad del productor del campo. Esto como doliente me permite hacer un resumen y hablar un poco de un importante manifiesto de Fedenaga del Domingo 18 reciente agosto, manifiesto que no tiene pérdida en pocas palabras y contundente advertencia nos invita a reinventarnos y no desmayar por fuerte que sea el temporal.
Por todo es ampliamente conocido la crítica situación que desde hace muchos años atraviesa el país y en particular nuestro sector, debido a las erróneas y contradictorias medidas de política económica de quienes sin conocimiento de causa, han tomado medidas que lejos de solucionar los problemas, lo han agravado.
Recientemente el 11 de agosto de este año, Fedenaga emitió un comunicado donde nuestro presidente Armando Chacín en nombre de la Junta Directiva se pronunció sobre la delicada situación que vive el campo venezolano y los empresarios que hacemos vida en la producción agroalimentaria. En ese documento se plantea, en primer lugar, la inexistencia de políticas agropecuarias que incrementen nuestra producción. Muy por el contrario, las medidas que se han tomado desde el Ministerio de Agricultura y Tierras han sido totalmente adversas para el sector, quizás por la falta de conocimiento de los tomadores de decisiones y tal vez por intereses personales que privan sobre el interés colectivo.
En segundo lugar el documento también señala las carencias de nutrición que sufre la población venezolana producto de las erradas políticas agropecuarias que han traído como consecuencia una hambruna generalizada en nuestro país.
La encuesta en condiciones de vida de la población (ENCOVI) llevado a cabo por tres prestigiosas universidades del país (UCAB, USB y la UCV) concluyó que en 2017, el promedio de la población venezolana disminuyo 11.7 kilos y el 80% de los venezolanos solo hacían dos comidas al día y un 40% solo comía una vez al día. Peor aún, la desnutrición infantil se ubicaba en un 45%, comprometiendo seriamente el futuro de nuestra generación de relevo. Por su parte, la comisión de finanzas de la Asamblea Nacional señaló que el consumo de carne de res disminuyo el año pasado a 4.7 kilos per cápita por año y el consumo de pollo disminuyo a 7 kilos per cápita por año. Estas cifras desnudan una grave situación alimentaria que vive más del 80% de la población venezolana. Adicionalmente, los precarios salarios que percibe nuestra población no le permite alimentarse y mucho menos alimentar a su familia.
En tercer lugar, es evidente la disminución abrupta del rebaño de ganado por motivo que van desde el poco incentivo e inexistente financiamiento hasta los atropellos contra el sector ganadero que ha sido la principal diana hacia donde apuntan los venenosos dardos de las medidas oficiales. De un total de 17 millones de cabezas de ganado que existían hace tres años, por decir lo menos, hoy en día escasamente tenemos ocho millones, lo que ha traído como consecuencia el empobrecimiento del campo.
En cuarto lugar, la inexistencia de insumos y fertilizantes para la agricultura, la enorme dificultad para obtener combustible para nuestros equipos, la inexistencia de gas y la ausencia intermitente del fluido eléctrico, hacen realmente difícil el normal desenvolvimiento de nuestras unidades productoras.
A la luz de las consideraciones anteriores, Fedenaga declara que existe una parálisis técnica del sector agropecuario, poniendo en grave peligro la producción de alimentos en general y le plantea al sector que se reinventen para poder seguir soportando los embates de esta dura crisis.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país
José Gerardo Mendoza Durán