El inicialista estadounidense Henry Wrigley marcó diferencias con un jonrón a la altura del cuarto episodio y llevó a los Leones del Caracas a obtener una ajustada victoria por la vía del blanqueo 1-0 sobre las Águilas del Zulia en el estadio Luis Aparicio “El Grande”, lo que le permite mantenerse a la cabeza de la clasificación por segunda jornada consecutiva.
Wrigley fue el único toletero que logró brillar con luz propia dentro de un partido dominado abiertamente por los lanzadores y que registró apenas once imparables entre ambas novenas.
El slugger conectó el batazo ante el serpentinero Austin Bibens, después del out de Jesús Guzmán por ponche en la parta alta del cuarto. La conexión fue suficiente para la novena capitalina, que se benefició de otra sobresaliente actuación del cubano Yoanner Negrín, imbateable en cinco entradas de trabajo, lo mismo que el hermético trabajo de los relevistas Wilsen Palacios, Héctor Rondón y Juan Carlos Gutiérrez, este último acreedor del salvado.
Negrín toleró apenas cinco indiscutibles –la suma conectada por los bates zulianos- y, gran virtud, tuvo el lanzamiento adecuado para salir de las situaciones de apremio cuando se vio amenazado.
El antillano confrontó situación de hombres en las esquinas en el propio primer episodio, pero dominó al “bigleaguer” Gerardo Parra para salir del aprieto. También vivió una situación similar en al tercero y en ese caso sacó de paso Henry Rodríguez, otro bateador con experiencia en las mayores.
Negrín fue retirado al completar las cinco entradas y entonces subió a la lomita Wilsen Palacios, quien retiró a los seis hombres que enfrentó en el comienzo de una gran actuación de los relevistas, completada por Rondón y Gutiérrez, ambos con una entrada en blanco.
Gutiérrez, de recta muy rápida retiró con elevado a Henry Rodríguez para luego ponchar a Ernesto Mejía -que en ese momento representaba el empate- y finalmente dominar a Parra con rodado a la inicial.
Bibens, abridor zuliano, ponchó a 10 hombres en seis entradas, con apenas una aceptada, pero no le bastó para detener a los inspirados melenudos.