Los cristianos podemos caer en la tentación de pensar que somos buenos cristianos por cuanto asistimos regularmente a una iglesia, estudiamos la biblia, devolvemos los diezmos o damos limosna. También porque hacemos obras de caridad, predicamos y le hacemos bien a la gente de vez en cuando. O porque colaboramos mucho con el pastor, rabino o cura. Pero eso no son elementos de la persona que indique su condición de buen cristiano.
Hay otros que se sienten muy bien encerrándose en un criterio eminentemente religioso o espiritual por lo cual se aíslan de su entorno social, laboral y hasta familiar. Pero, si vemos nuestra vida cristiana desde un punto de vista meramente espiritual y la separamos de nuestra experiencia diaria, entonces nos aislamos de nuestros semejantes. Esto, tiende a degenerar la verdadera adoración a Dios y la fidelidad a su palabra.
La vida cristiana no es una opción simplemente espiritual, religiosa o meramente eclesiástica. La vida cristiana es un estilo de vida. El mismo estilo que adoptó nuestro Señor Jesucristo desde que apareció en este mundo. Si el Señor Jesús hubiese concebido el evangelio como una simple participación eclesiástica, sería fiel representante de los fariseos que hoy también abundan en todas las denominaciones cristianas. Pero él a todos había alertado. Y lo sigue haciendo de manera seria, contundente y dramática. “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos». Sant. 1: 22. Lo cual evidencia que Dios no se anda por las ramas. Conoce nuestros pensamientos más íntimos.
“Hay muchos que profesan ser seguidores de Cristo, y sin embargo no son hacedores de su Palabra. No saborean esa Palabra porque les indica servicio que no les es agradable. No les gustan los sanos e íntimos reproches, las fervientes exhortaciones. No aman la justicia, pero son dominados despóticamente por sus propios impulsos humanos caprichosos. … El hombre que pretende guardar los mandamientos de Dios porque piensa que debe hacerlo, nunca entrará en el gozo de la obediencia.”* Libro: A fin de conocerle. Elena de White.
Si agudizamos un poco nuestro intelecto podemos descubrir dos palabras claves en este texto venido de la Inspiración. “saborean” y “gozo”. Dice, “No saborean…” y “nunca entrarán en el gozo”. Por eso la vida cristiana es un estilo de vida, por cuanto, cuando Ud. se encuentra con Jesús, su vida toda, será de permanente sabor a lo que es vivir con Cristo. Y su existencia expelerá el olor a Jesús y quien esté cerca lo sentirá. Por lo tanto, toda su vida, en medio de cualquier circunstancia será una vida de gozo, la cual se trasmitirá a quien se encuentre cerca de Ud. Interesante ¿Verdad?
Probablemente no sea fácil expeler el grato olor Jesús en nuestras vidas, pero es bueno que lo sepamos por cuanto sabiéndolo como ahora, podemos pensar seriamente en caminar hacia ese ideal que no es otro que el ideal de Dios para sus criaturas que somos Ud. Y yo. Cuando Gandhi dijo que le gustaba la práctica que Cristo presentó en su vida, pero que no le gustaban sus seguidores cristianos, se refería precisamente a eso. Que no practicamos lo que creemos. Y es un asunto para meditar y cambiar. Hasta el próximo Martes de la semana que viene Dios mediante.
William Amaro Gutiérrez