La caída acumulada desde 2013 de la economía venezolana alcanzará el 65% y se cuenta entre los principales colapsos quinquenales ocurridos en el planeta durante el último medio siglo, dijo el lunes el Fondo Monetario Internacional.
Alejandro Werner, director para el hemisferio occidental del FMI, describió la situación como un “caso histórico” porque no tiene precedentes en la región y porque es la única entre las principales caídas quinquenales en el planeta que no está vinculada a un conflicto armado o a un desastre natural.
El FMI ajustó su pronóstico para Venezuela durante 2019 a una contracción de 35% –un incremento respecto al declive de 25% pronosticado en abril– debido a una drástica reducción en la producción petrolera, que ya ha descendido a su mínimo de las últimas siete décadas.
Werner dijo que la expectativa inflacionaria para 2019 también fue ajustada a un registro inferior a un millón respecto al pronóstico de abril de diez millones, debido a un incremento en el encaje legal impuesto recientemente a la banca local por el Banco Central.
Venezuela ocupa la tercera posición global, superada solamente por Georgia y Libia, que tiene el primer lugar debido a la contracción del 80% que padeció entre 2010 y 2015.
Un gráfico elaborado por el FMI muestra a las 30 contracciones quinquenales más severas del último medio siglo.
Nicaragua, Perú y Bolivia son las únicas otras naciones latinoamericanas en el gráfico, y ocupan las últimas tres casillas con declives menores a 15% cada una.
El gráfico no incluye a Cuba, cuya economía sufrió una severa contracción a comienzos de la década de 1990 a raíz de la caída de la Unión Soviética, porque la isla comunista no es Estado miembro del FMI.
Werner indicó que el FMI pronostica un crecimiento del 0,6% este año en América Latina y el Caribe, pero si el cálculo excluye a Venezuela el promedio de crecimiento regional este año es de 1,3%.
«Esto refleja los grandes retos que tiene la región para establecer un proceso de crecimiento sostenible,» señaló Werner durante una conferencia de prensa para actualizar las expectativas regionales de crecimiento económico.
Werner agregó que la prolongada crisis pueda elevar el flujo migratorio venezolano a cinco millones de personas a fines de año, y que el éxodo ha provocado un ligero impulso a la economía colombiana a pesar de la inversión requerida para atender a 1,5 millones de migrantes.
El éxodo migratorio “ha hecho que el gobierno colombiano se haya visto en la necesidad de aflojar un poco sus metas fiscales e incrementar el gasto público para poder apoyar a esta población y eso genera un impacto positivo sobre el crecimiento económico”, dijo.
Werner mencionó que el Banco Central de Chile mencionó el flujo migratorio proveniente de Venezuela y otros países entre varias razones para revisar al alza su crecimiento potencial.
Werner indicó que el efecto puede ser positivo siempre que los migrantes traigan aptitudes requeridas por el mercado laboral local, y depende también de las finanzas públicas del país receptor.