Más allá del debate teórico sobre la conveniencia de las sanciones generales (económicas, petroleras y financieras), parece inevitable que las mismas se profundicen sustancialmente ante la ausencia de resultados tangibles en el proceso de negociación política, asegura el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, a través de su cuenta oficial en Twitter, advirtiendo que esto no es una buena noticia.
Estima el presidente de Datanálisis que mientras la crisis se acelera, el gobierno profundiza su estrategia de CLAP’s (ahora incorporando productos nacionales) y de Bonos compensatorios. La penetración supera el 80% en los últimos cinco meses. No aumentan la popularidad de Maduro, pero si fortalecen su control social.
Asimismo, sostiene que la crisis económica y de infraestructura se sigue profundizando agigantadamente, pero a diferencia de la opinión de los diseñadores de la estrategia de presión, ese deterioro no necesariamente produce cambios políticos, agregando que lo increíble es que es una baratija repetida en la historia mundial.
Asegura que la agudización de la crisis genera un efecto político contrario al esperado: unifica al chavismo (que venía fracturado) para protegerse de su enemigo externo (USA) y divide a la Oposición (que Guaidó había logrado mantener unida a su alrededor) ante la ausencia de solución interna.
Revela que mientras el debate político defiende o ataca las «sanciones» como un genérico homogéneo y simplista, los venezolanos comunes separan claramente las sanciones personales (que respalda más de 70%) de las sanciones económicas, financieras y petroleras (que rechaza más del 60%).
Afirma que es un mito la supuesta caída dramática de popularidad de Guaidó. Sigue siendo el único líder con respaldo mayoritario, varias veces mayor que el de Maduro y muy encima de los otros líderes opositores. Lo que si se registra es una reducción significativa en la esperanza de cambio, explicó el economista.