#Opinión: Cataluña: Lección para los secesionistas Por: Julio César Pineda

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La Constitución de 1978 de España modificó el modelo estructural del estado español, tradicionalmente unitario y centralizado, aunque puede hacerse referencia a la constitución Republicana de 1931 como excepción a esta tendencia.
El artículo 137 de la vigente constitución española, cuando organiza territorialmente al país, lo hace en base a municipios, provincias y comunidades autónomas, así innova, con la figura de el estado autonómico o estado de las autonomías diferenciándose claramente del modelo federal de estado suizo o del sistema francés de estado unitario, las recientes elecciones en Cataluña ha despertado el interés por el modelo constitucional español, donde se definía una posible independencia total de esta autonomía frente al gobierno central de España. El resultado electoral, permitió afirmar el sentimiento soberanista de los catalanes, pero con una doble expresión, el de los radicales que pretendía la mayoría absoluta en el proceso de independencia de Cataluña, expresado en los votos del partido convergencia y unión (CiU), que redujo su votación y perdió doce escaños, y el de izquierda republicana (ERC) que ganó once. Este último partido fue más realista y aunque sigue en la línea de la autonomía no presentó la posibilidad de un salto al vacío.  Fracasó el mesianismo del líder de CIU Artur Mas y su proyecto independentista en lo nacional e internacional. La Unión Europea había advertido no aceptar en su seno un nuevo estado como el catalán fragmentado de uno de sus miembros como es España. Ahora le será difícil gobernar con un parlamento fragmentado y habiéndose alejado de los grandes partidos españoles como el partido popular y el partido socialista e incluso se alejó del independentista Esquerra Republicano, pretendió el señor Mas y su partido CIU desafiar a todas las fuerzas políticas y al espíritu de conciliación y pacto que ha caracterizado la etapa democrática de la política española.
El estado autonómico reconoce el derecho de las autonomías de las nacionalidades y regiones, pero la constitución establece que se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española que es la patria común e indivisible de todos los españoles (Art. 2 de la Constitución española). La autonomía en el caso de Cataluña o las Islas Canarias o de todas las demás, consiste en la capacidad de autogobierno a través de diferentes potestades, como la voluntariedad, la generalidad, la progresividad, la igualdad y la solidaridad entre ellas.
La Constitución de 1978 como todas las constituciones europeas constitucionalizó la existencia de los partidos políticos, como expresión del pluralismo, y de la voluntad popular esenciales para la participación política.
Es un principio de organización territorial del estado con la definición de toda la nación como estado social y democrático y de derecho, esas autonomías se enmarcan en principios constitucionales, tanto en lo normativo y financiero como en la organización y administración. En España la geografía autonómica, presenta 17 regiones a las cuales se anexan las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, en el norte del África. Cada una de estas autonomías tienen una asamblea legislativa por votación universal y proporcional, un consejo de gobierno con atribuciones ejecutivas y administrativas y un presidente, elegido por los parlamentarios y nombrado por la corona, quien ejerce la máxima representación y es nombrado por el rey. En España son tres las fuerzas políticas nacionales, el partido popular, el partido socialista obrero español y la izquierda unida, estos tienen expresiones y presencia en todas las autonomías.
Pero también han aparecido partidos de carácter regional. Más que partidos ideológicos son fuerzas sociales agrupadas en función de programas y experiencia de gobierno y oposición. En el caso de Cataluña luego del resultado electoral no hay riesgo de la proclamación de su independencia. La mayoría soberanista esta dividida y no alcanza y no tiene la fuerza para seguir el camino independentista, pero tampoco puede afirmarse la tesis extrema del nacionalismo español, concentrando todo en Madrid, como nación única con una sola identidad y una sola lengua.
Como la propia Unión Europea, España debe continuar la vida de un federalismo limitado. Esta también será una lección para quienes conforman el país Vasco, quienes siempre han planteado la ruptura con España, aunque electoralmente tampoco tienen la posibilidad de hacerlo.
Ahora para Cataluña se plantea el problema de la gobernabilidad con las necesarias alianzas que generen estabilidad política pero también desarrollo económico en momentos difíciles para toda España y Europa con la crisis económica y financiera, Cataluña debe resolver el elevado monto de la deuda que supera los 40 mil millones de euros, y las dificultades para encontrar financiación externa en estos momentos. Por ahora ganaron todos los españoles y triunfaron todos los europeos. Es como si los maracuchos hubieran querido ahora, como lo quisieron en otras oportunidades separarse de la República Bolivariana de Venezuela. Afortunadamente esto no esta planteado en la Venezuela de hoy, pero si en España Cataluña y privó la racionalidad y el sentido regional para mantener a España unida y no una Cataluña separada.
Como algún periódico español lo señalaba los catalanes en esta oportunidad tuvieron la emoción del vértigo y se quedaron sin la red.
El Financial Times de Londres, a propósito de esto decía que no era el tiempo para acrobacias secesionistas.

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