No hay que hacerse grandes expectativas en torno a las conversaciones entre la representación del régimen de Nicolás Maduro y la de la oposición que lidera Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y apoyado por más de cincuenta países como jefe del Ejecutivo Nacional.
Al expresar este criterio el politólogo Piero Trepiccione destaca el esfuerzo importante que representan Rusia, China y la Unión Europea en este proceso de discusión entre los actores en conflicto.
Esas naciones tratan de conciliar posiciones en conflicto para resolver la situación por la cual ha venido atravesando Venezuela.
Es de resaltar que Rusia y China como integrantes del Consejo de Seguridad han bloqueado las propuestas de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia contra el régimen de Maduro.
Conviene igualmente manifestar que los Estados Unidos han mantenido una actitud cuidadosa, conservadora, en esta cita que se ha dado en Barbados, a la cual no han terminado de avalar. Claramente, está a la expectativa.
Sin embargo, este encuentro constituye un gran avance con respecto a conversaciones anteriores.
Hay que tomar en consideración, además, que este tipo de proceso de discusión y negociación resultan muy delicados y complejos, sobre todo por la desconfianza que existe tanto entre las fuerzas que respaldan a Maduro como las que apoyan a Guaidó.
Y también hay que considerar como interesante la garantía en este proceso por parte de Rusia y China, que tienen gran influencia geopolítica y han tenido estrecha relación con Maduro.
Maduro tendrá que ceder en algunos aspectos, estima Trepiccione. Si vamos a unas elecciones presidenciales, que sería la vía más acertada, tendrá que ser en términos diferentes a las que hubo el 20 de mayo… Tendrán que ser sometidas a la observación internacional para que se lleven a cabo en forma transparente y limpias. En la negociación se planteará la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral. Y, desde luego,si ha de haber una transición política, Maduro no puede competir con ventajas.
Es por ello que la presencia de Rusia, China y la Unión Europea deben garantizar que la negociación sea justa y permita resolver el conflicto.
Tomando en cuenta que la situación que se está viviendo es difícil, que evidentemente estamos sentados sobre una bomba social, en un volcán a punto de erupciòn, hay que acelerar el tiempo político.
Porque esta es una cosa muy seria y no se pueden esperar soluciones mágicas de semanas o meses, advierte Trepiccione. Una solución podría tardar en darse en uno o dos años. Razón más que suficiente para no crearse falsas expectativas.