Miles personas se manifestaron el domingo contra la corrupción del gobierno de Haití, obstruyendo caminos y paralizando gran parte de la capital para exigir la renuncia del presidente Jovenel Moise.
Los manifestantes quemaron neumáticos y lanzaron piedras durante la marcha en Puerto Príncipe, donde el aire se llenó de un olor a caucho quemado. Muchas tiendas y gasolineras cerraron, y el tránsito entre algunas ciudades se vio interrumpido porque los manifestantes bloquearon los caminos con autos, piedras y otros objetos.
La policía montó barricadas cerca del palacio presidencial y lanzó gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaron acercarse.
Dos personas murieron por disparos de arma de fuego y otras cuatro resultaron heridas, dijo Michael-Ange Jeunes, portavoz de la policía. Un agente resultó lesionado después de que le arrojaran una piedra, añadió.
No hay información sobre quién efectuó los disparos.
Los manifestantes incendiaron dos vehículos de la policía y dos edificios, agregó el vocero, y dijo que hasta el momento hay 12 detenidos.
Se realizaron protestas similares en Jacmel, Cabo Haitiano, San Marcos y Gonaïves. Los manifestantes provenían de varios sectores de la sociedad, incluyendo partidos políticos, organizaciones religiosas y organizaciones comunitarias.
Los inconformes exigen que se investigue a profundidad qué pasó con los fondos derivados de cargamentos subsidiados de crudo a Venezuela dentro del programa Petrocaribe. En una investigación del Senado se determinó hace poco que al menos 14 funcionarios del gobierno presuntamente malversaron 3.800 millones de dólares en el gobierno del expresidente Michel Martelly.
La deteriorada economía venezolana ha obligado al país sudamericano a suspender o reducir drásticamente los envíos de Petrocaribe, lo que ha provocado problemas en la generación de energía. En la actualidad muchos haitianos sólo cuentan con servicio eléctrico unas cuantas horas al día.