Poseer una tarjeta de crédito puede ser un arma de doble filo si no se conoce el uso adecuado de este instrumento.
El límite de crédito otorgado por el banco es visto como una extensión del capital en efectivo que se tiene, y no necesariamente es así.
Antes de usar el plástico, siempre es recomendable estudiar muy bien las finanzas personales, específicamente el ingreso de ese momento, y el que en lo posible se tendrá en un corto o mediano plazo.
Este año en Venezuela, el crédito al consumo a través de las tarjetas de crédito creció mucho más que el anterior, impulsado sobre todo por un estímulo promocional de los bancos ante el incremento significativo de los depósitos.
Ofrecimiento de plásticos y aumentos del límite máximo estuvieron a la orden del día, lo que de hecho se reflejó en montos.
Mientras que el año pasado (entre septiembre de 2010 y el mismo mes de 2011) el monto aumentó 26,9%, en 2012 ese crecimiento ha sido de 10,7 puntos más, según los números de la Superintendencia de Bancos (Sudeban). La banca registra 43.330 millones de bolívares financiados a través de las tarjetas.
Sin embargo, aún en Venezuela no todo el mundo tiene una tarjeta de crédito; según cálculos del sector bancario, sólo hay 3,3 millones de venezolanos que usan el plástico, lo que arroja un promedio de tres por cada persona. La recomendación de gerentes bancarios es que, en caso de no poseer aún una de estas tarjetas, acuda a la entidad donde tiene su cuenta corriente o de ahorro, para formalizar una solicitud.
Trucos que aplicar
Para los que ya cuentan con estos instrumentos, hay ciertas indicaciones a tomar en cuenta antes de consumir o pagar con el plástico. Lo primero, es diferenciar el gasto necesario del que no es tan esencial, señala María Inés Fernández, profesora de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).
“Después que se entienden las diferencias entonces se puede usar la tarjeta sólo para lo que realmente se necesita”, asegura.
Dice que en Venezuela no todos saben utilizar bien el plástico porque suele haber una brecha significativa de tiempo entre el momento en que se compra y el día de corte, que es cuando realmente se hace ese pago. “Las personas no sienten que gastaron dinero hasta ese minuto. Cuando el pago es con débito o efectivo se siente más el gasto hecho”, señala.
Es por esto que su otra recomendación es estar pendiente de las fechas de corte para que el consumo se haga días después, y no los días previos. “Si el corte es mañana, no debe usar la tarjeta hoy, sino después, para evitar que ese monto sume intereses”.