Lo peor que se puede hacer ante la incertidumbre es expresado con solemnidad con una conocida máxima: “Vamos a esperar a ver que pasa”. Esta declaración, a pesar de la convicción con que se expresa, es un suicidio; pero la reacción común ante la incertidumbre es eso: una “parálisis gerencial”, una huida.
Las alternativas a “meter la cabeza en la tierra como el avestruz” comienzan por la Comparación con los competidores y, probablemente, se encuentre que una minoría está adaptándose a nuevas oportunidades y amenazas y aprovechando que se están quedando solos en el mercado. Otra herramienta es la Simulación. Ésta puede ser tan sencilla como que, en una página Excel, en la que se llevan los rubros contables de la organización, se busquen las proporciones y regresiones entre cada rubro y se proyecten los resultados si se continúa esperando “a ver qué pasa.” Esos resultados tienden a ser negativos y deberían llevar a la conclusión de que la alternativa a no hacer nada es “cerrar a tiempo”.
También se puede simular qué pasaría si se “hace algo”, como eliminar productos menos rentables, o retener al personal clave. Pero, identificar las prioridades de lo que se puede hacer requiere de herramientas más poderosas, como la planificación estratégica y los escenarios. La planificación orienta a darle prioridad al posicionamiento de la organización en el mercado mediante la diferenciación para reducir la competencia. Los escenarios y sus estrategias complementan la planificación visualizando futuros alternativos, bien sea del propio sector o a nivel del macroentorno.
Los mayores resultados de cualquiera de estos ejercicios se alcanzan cuando se realizan participativamente y con un facilitador que motive dicha participación. Las discusiones de grupo que se generan durante estos ejercicios no sólo enriquecen el análisis y la identificación de estrategias, sino que también generan consenso interno y, por ende, rapidez de respuesta en la medida que cambien los escenarios porque estos últimos son como haber visto los hechos en película antes de que ocurrieran: un verdadero dejá vú.
José Antonio Gil Yepes
@joseagilyepes