#Opinion: No salgas a buscar ayuda, cuando tú mismo dañas tu cuerpo por: Sira Vargas Rodríguez

-

- Publicidad -

Esta frase es absolutamente reveladora de lo que hacemos usualmente. Ejemplo, comemos en exceso, y al vernos obesos, buscamos la ayuda de un cirujano plástico para que corrija lo que hemos hecho, por nuestra propia voluntad. Agredimos nuestros órganos y el cuerpo día a día sin compasión, para luego ir a los médicos de cualquier especialidad a que repare lo que dañamos como si se tratara de un artefacto. Si comemos muchas harinas y alimentos procesados, así como azúcar, grasas y demás alimentos contaminantes vamos enfermándonos y cuando vemos los síntomas de una lesión grave, corremos a ver quién nos da medicamentos para solucionar lo que hemos creado sin conocimiento racional de ello. Es absurdo, que otro me cure lo que yo mismo he provocado.
El cuerpo es nuestro templo, es la morada de nuestro espíritu por lo tanto es nuestra responsabilidad conservarlo en perfecto estado. La enfermedad no debe existir.
Ella es un desequilibrio energético que hemos causado nosotros debido a los hábitos alimenticios que tenemos, además por los pensamientos que alberga nuestro corazón y las palabras que pronunciamos. Nuestros órganos y sistemas están diseñados para trabajar a la perfección, pero muchas veces nuestros padres contribuyen a deteriorarlo en la primera infancia cuando nos dan alimentos cargados de azúcar refinada, grasas o harinas.
Así continua el daño en la adolescencia y juventud con más dulces, refrescos, comida rápida y alcohol. Las consecuencias se ven en la etapa adulta o la madurez con hipertensión, diabetes y demás dolencias, que repito, no deberían existir. Si bien es cierto que las células envejecen, podemos mantenernos en perfecto estado de salud hasta la vejez. Debemos morir sin sufrimiento, cuando ya deseemos marcharnos, pero no por ninguna enfermedad. La enfermedad no es lo natural, debería ser lo inusual, pero observamos todo lo contrario, gran cantidad de muertes por accidentes cardiovasculares, complicaciones de la diabetes, cáncer para citar las tres enfermedades más importantes. Vemos un florecimiento de establecimientos médicos, hay una clínica en cada esquina y siempre saturadas. Así mismo farmacias, donde se va el sueldo de un pensionado por la cantidad de medicamentos que debe tomar. Eso no es normal. Debemos detenernos y preguntar:¿ Qué está pasando?, ¿Por qué hay tanta gente enferma? La respuesta es simple: porque nos alimentamos incorrectamente, no respiramos bien, no hacemos ejercicios, tenemos malos pensamientos y expresamos cosas que no debemos decir.
Entonces, ¿qué hacer?, también es sencillo: Primero, revisar lo que comemos. Hacer una lista de todas nuestras comidas, los horarios de las mismas y la cantidad que ingerimos, igual de nuestras bebidas. ¿Estamos consumiendo azúcar refinada en el café, en los jugos?, elimínela completamente, con ello rebaja unos tres kilos de peso en un mes. También, evalúe su consumo de harinas, elimínelas y sustitúyalas por alimentos con fibras. Las harinas incluyen el pan dulce, pan salado, galletas, tortas, pasta, arroz. ¿Está consumiendo carnes rojas y pollo?, elimínelos y si es joven, coma carne una sola vez al mes. Consuma vegetales crudos, frutas y verduras. Incluya frutos secos y semillas. ¿Está tomando refrescos? Elimínelos de por vida, le hacen un daño grande a sus órganos. Prepare zumos de frutas y consúmalos en la mañana 20 minutos antes de desayunarse.
Si tiene niños pequeños, no les compre dulces, deles frutas. Las frutas le reportan las necesidades de azúcar y fibra. Revise además, la cantidad de alimentos que se sirve, con una cantidad que le quepa en un puño usted no morirá de hambre en un día, así que dese cuenta del exceso. Cene, a más tardar a las seis de la tarde.
Por otra parte debe revisar sus pensamientos. Limpie la mente de basura. Es basura todo pensamiento negativo, hacia usted o hacia los demás. Mantenga su mente ocupada en un trabajo o actividad que lo abstraiga del mundo. Haga unas veinte respiraciones, por la mañana y por la tarde, concentrándose en la respiración. Inhale por la nariz sosteniendo el aire unos segundos para luego expirar lentamente. Camine al aire libre una hora diaria o haga cualquier deporte y verá los resultados: Un cuerpo más joven y dispuesto.
También haga autoobservación, revise lo que habla, palabra por palabra.
Estoy haciendo sentencias contra mí a cada rato, diciendo por ejemplo: ”Estoy gordo, gorda”, “sí tengo mala suerte”, “sí estoy enfermo”, “esto me hace mal”, “vivo con alergias”, “cuando uno está viejo…”, “me duele ‘x’ órgano”, “agarro una gripe de nada”, “cualquier cosa me enferma”. Afirmaciones de este tipo se van al subconsciente y permanecen grabadas reproduciéndose como una fotocopiadora. La llave que abre su cuerpo y su mente está en usted, sólo usted puede acceder a su interior, por lo tanto debe ser su mejor amigo y doctor. No busque afuera lo que tiene dentro. Las claves están visibles, obsérvelas y no dañará su cuerpo.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

- Publicidad -

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -