Los 10 policías y militares liberados el lunes por las FARC fueron examinados el martes por los médicos a la espera de regresar con sus familias, mientras el gobierno colombiano reclama más gestos de la guerrilla para un diálogo que ponga final a casi medio siglo de conflicto armado.
Los partes médicos revelaron que los uniformados liberados presentan «buenas condiciones generales», si bien la mayoría de ellos seguirán internados los próximos días para profundizar el estudio de su salud mental y física, ya que padecieron enfermedades tropicales durante el cautiverio.
El presidente Juan Manuel Santos visitó la mañana de este martes a los liberados y relató que todos le dijeron «que se sentían bien, de cuerpo y de alma» y que algunos incluso se mostraron «listos para seguir combatiendo».
Santos resaltó que el trato que recibieron durante los más de 12 años secuestrados en las selvas y montañas colombianas fue «muchas veces inhumano».
Por su lado, los familiares cuentan las horas para poder tenerlos de regreso a sus hogares.
Al intendente dela Policía Jorge Romero «lo pudimos ver anoche un ratito. No quiso hablar del cautiverio y nosotros sólo queríamos que sintiera el cariño que le ha faltado en los últimos 13 años», explicó ala AFP su hermano Javier.
«De salud lo vimos bien aunque físicamente está más flaquito y su semblante es un poco diferente. Pero está lúcido. Preguntó por toda la familia que ya conocía y también por la que no», describió Javier, de la mano con una de las cinco sobrinas nacidas durante el cautivero del policía.
Los liberados relataron que se les permitió escuchar mensajes que sus familiares les enviaban a través de la radio.
La familia del agente también está a la espera de saber qué contienen las bolsas que Romero, y otros liberados, portaban el lunes cuando bajaron del helicóptero que les recogió en un pueblo selvático del sureste de Colombia.
«Ya sabemos que trajo un bastón que preparó en la selva con ayuda de un guerrillero para su madre, que ya no lo puede usar porque está en silla de ruedas», reveló Javier.
Norma Trujillo, la esposa del sargento dela Policía José Libardo Forero, también expresó su alegría al comprobar que «él está bien. Está feliz de estar con su familia».
Anoche «se emocionó mucho al ver lo hermosa que era su hija y que su hijo se había hecho un hombre y se parecía mucho a él», dijo ala AFP la esposa de Forero, raptado en un asalto guerrillero a una comisaría en julio de 1999.
Por esa época las FARC llegaron a tener en su poder a casi 500 uniformados, si bien en los últimos años han visto un proceso de debilitamiento y de muerte de sus máximos líderes que les ha arrinconado a zonas apartadas del país.
Los liberados únicamente han atendido alguna llamada puntual de la prensa pero está previsto que los seis policías liberados ofrezcan una rueda de prensa este martes después de las 15H00 locales (20H00 GMT).
Con estas liberaciones unilaterales, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas) aseguran haber entregado a todos los uniformados en su poder.
El presidente Juan Manuel Santos reiteró el martes que la liberación «es un paso que valoramos en su dimensión» pero insuficiente.
«Queremos muestras más fehacientes de su verdadera voluntad de terminar con este conflicto», subrayó.
El presidente repite que no ha cerrado la puerta a un futuro diálogo con las FARC, que ya han manifestado su disposición, pero lo ha desestimado hasta que se compruebe que esta organización renuncia a los atentados y al reclutamiento de menores y libera a todos sus secuestrados civiles.
El lunes la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, quien volvió a encabezar la misión humanitaria que recogió a los liberados, pidió la creación de un mecanismo para conocer el panorama general de los rehenes civiles en Colombia ante la diversidad de cifras que existe.
Recientemente, las FARC anunciaron su renuncia al secuestro de civiles con fines de financiamiento.
«Ojalá sean los últimos secuestrados de las FARC y que esta organización cumpla con su palabra (…) de no volver a secuestrar nunca jamás», expresó Santos.
En febrero se cumplió una década del fracaso del último proceso de paz del gobierno colombiano con las FARC, la guerrilla más antigua de América Latina y que actualmente tendría unos 9.200 combatientes, según cálculos oficiales.
El gobierno de Estados Unidos, que mantiene el Plan Colombia de ayuda militar a este país, saludó el martes la entrega de los rehenes pero señaló que quiere ver «más avances».
También Naciones Unidas,la Unión Europa,la Organización de Estados Americanos (OEA) y el gobierno de Francia se congratularon por las liberaciones.
Foto: AP