Para recordar:
“Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no serían culpables de pecado. Pero ahora no tienen excusa por su pecado” (Juan 15: 22).
Finalizando el año 2018, o para el inicio de este 2019, generalmente las televisoras, medios de todo tipo, presentan un resumen de las mejores informaciones o los peores hechos noticiosos; donde, además de buscar sintonía, tratan de resaltar lo que más llegó a la población.
Hace un tiempo, E. McCartney, cuenta que se reunió un grupo de historiadores y pensadores para tratar de reescribir la historia partiendo de una serie hipótesis, con lo cual se plantearon: ¿Qué hubiese ocurrido si Colón no hubiese descubierto la América? ¿Si los ingleses no hubieran derrotado a la Armada Invencible? Y así sucesivamente siguieron mencionando situaciones hipotéticas, y en ese momento alguien los interrogó: ¿Qué hubiese ocurrido si Jesús de Nazaret no hubiese venido al mundo? Después de un prolongado debate, convinieron en que el impacto de la venida de Jesucristo a este mundo era tan grande que no se puede expresar en palabras (Libro: Ventanas abiertas, p. 497).
Para los años 1965, se realizó una película titulada: “La más grande historia”, protagonizada por Max von Sydow, Charlton Heston, José Ferrer, Doroty McGuire, John Wayne, dirigida por George Stevens y otros. Y un resumen que encontramos por Internet, dice que en tal película se muestra: “La vida de Jesús en la Palestina ocupada por Roma: su nacimiento en Belén, su infancia en Nazaret, la última cena, la traición de su discípulo Judas, su juicio, crucifixión y posterior resurrección” (google.com).
Es evidente que jamás encontraremos otra historia más grande o importante en este mundo como lo es: La venida de Dios a nuestro planeta. Sin embargo, hace muy poco se habló de Jesús hasta el cansancio y hoy, prácticamente fue “opacado” con el recibimiento de un nuevo año, con brindis, bailes, múltiples deseos, promesas, amuletos, rituales. Ya se anuncia la conmemoración de la llegada de reyes sabios y durante el año ocurren un sinfín de “fiestas” o actividades mercantiles, religiosas, algunas paganas que nos distraen de la venida del Salvador, quien murió en la cruz, resucitó y ahora vuelve otra vez.
Según el texto inicial, Cristo dijo: “Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no serían culpables de pecado. Pero ahora no tienen excusa por su pecado” (Juan 15: 22). Es decir, si Jesús no hubiera venido a nuestro planeta, nadie hubiese asimilado lo grave del pecado, o que el mundo estaba perdido por esta causa (Lucas 19:10) y esa fue la razón de su primera venida; mostrar que Él es el único medio para poder salvarnos (Hechos 4:12) y por ello se fue, para volver a buscarnos y llevarnos al cielo (Juan 14:1-3).
En ese sentido, el ministro D. Hernández, (en una alocución, 01/2019), la razón de venir Jesús a la tierra, nos hace pensar lo destructivo del pecado, donde todo el que peca debería morir, y por ello, Cristo murió por nosotros, para no ver la muerte eterna o para que no pequemos más; pero indicó, que Dios tiene un gran amor por la humanidad y está dispuesto a perdonarnos y enviar nuestros pecados (en sentido figurado) al fondo de la mar (Miqueas 7:19), también resaltó Hebreos 8:12, donde el apóstol Pablo señala que Dios nunca se acordará de dichas faltas o yerros.
Ahora bien, aunque todos tengamos mucho que contar de nuestra vida, podemos compartir con otros la más grande historia: La vida y obra de Jesús de Nazaret, especialmente si aprovechamos de hablar de su Segundo regreso (ver 2ª de Pedro 3).
Eduardo Iván González González
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