El embajador interino de Corea del Norte en Italia, Jo Song Gil, se ocultó con su esposa en noviembre, dijo la agencia de espionaje de Corea del Sur a legisladores en Seúl el jueves. La deserción de un miembro de la élite de la hermética nación sería un gran revés para Kim Jong Un, que está impulsando la diplomacia con Seúl y Washington y trata de presentarse como un actor en la geopolítica internacional.
Un funcionario del Servicio Nacional de Inteligencia de Seúl (SNI) compartió la información con los legisladores en una reunión a puerta cerrada, explicó el diputado surcoreano Kim Min-ki. Kim no reveló si la agencia proporcionó información sobre el paradero actual de Jo o sobre si tenía planes para desertar a Corea del Sur y apuntó que el diplomático no contactó con el organismo.
Según Kim, el funcionario del SNI explicó que Jo y su esposa abandonaron la residencia oficial a principios de noviembre, unas semanas antes del final de su mandato a finales de mes. El legislador apuntó que no podía confirmar si la pareja estaban acompañados por algún niño.
La agencia surcoreana dijo antes que no podía confirmar los reportes de un medio surcoreano que dijo que Jo estaba bajo la protección del gobierno italiano mientras busca asilo en una nación occidental.
Corea del Norte no realizó comentarios sobre el estatus de Jo.
Un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano dijo que ningún norcoreano pidió asilo en el país. Hablando bajo condición de anonimato en cumplimiento de las normas del departamento, el funcionario señaló que Jo ya no tiene estatus diplomático en el país. Esto podría significar que el gobierno norcoreano dio por terminada su misión diplomática y fue llamado de regreso.
Corea del Norte, que en su propaganda se presenta como un paraíso socialista, es extremadamente sensible a las deserciones, especialmente entre su élite diplomática y en el pasado insistió en que se trata de complots surcoreanos o estadounidenses para socavar a su gobierno.
Pyongyang podría ignorar públicamente la posible deserción de Jo o reprimir una dura crítica para evitar revelar la vulnerabilidad de su gobierno ante su acercamiento diplomático Washington y Seúl, señaló Koh Yu-hwan, un experto en Corea del Norte de la universidad surcoreana Dongguk.
El último diplomático de alto nivel que se sabe que desertó fue Thae Yong Ho, exministro en la embajada de Londres, que huyó a Corea del Sur en 2016. Sin identificarlo por su nombre, los medios estatales norcoreanos calificaron a Thae de «escoria humana» y dijeron que estaba intentando huir del castigo por delitos graves.
Thae, que criticó abiertamente a Kim Jong Un a su llegada al Sur, negó las acusaciones y dijo que huyó porque no quería que sus hijos tuviesen vidas “miserables” en su país.
Es posible que Jo esté intentando desertar por razones similares, apuntó Koh, que es asesor político del presidente surcoreano, Moon Jae-in. «Para algunos diplomáticos podría ser difícil aceptar ser llamados de vuelta al Norte tras pasar años viviendo en el libre Occidente. Podrían querer que sus hijos vivan en un sistema diferente y que reciban una mejor educación”.
No se sabe mucho sobre Jo, que era embajador interino en Roma desde que Italia expulsó al anterior enviado, Mun Jong Nam, en octubre de 2017 en protesta por un ensayo nuclear de Pyongyang.
