No es posible concebir un país distinto, ideal para la vida en un ambiente de progreso y de bienestar, mientras persistan las causas que provocaron un descalabro económico a comienzos de la década de los ochenta, y que por no haberse enfrentado con la decisión del caso, concluyeron generando las crisis económica, social, política, cultural y moral del presente.
Así lo ha señalado el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios, atendiendo a las recomendaciones y lineamientos que las diferentes instituciones que lo integran, han venido presentando, con miras a lograr el país en el que deberán vivir las nuevas generaciones.
Advierte el sector comercial que Venezuela, aun en un ambiente de crisis en los términos expuestos, ofrece un sinfín de oportunidades para su transformación productiva y la conversión de su economía en una opción competitiva a nivel internacional. Pero antes debe acometer una estrategia de cambios fundamentados en un verdadero modelo de desarrollo integral, a partir de un aprovechamiento de sus múltiples recursos, y el acertado desarrollo de sus alternativas comparativas y competitivas con base en el máximo aprovechamiento de su talento humano.
Expresan que el país en el que hoy quiere vivir la mayoría, no puede depender de un predominio absoluto de la errónea creencia de que el Estado, y no la iniciativa privada, es el llamado a determinar el tipo de economía, el aporte productivo del trabajador, la conducta del inversionista y la posibilidad de compra y consumo del ciudadano. Sólo el ciudadano libre en pleno ejercicio de su creatividad, de la voluntad de emprender y la inversión privada nacional e internacional, garantizan la posibilidad de generar riqueza nacional y bienestar individual y familiar.
Consideran que la Venezuela del Siglo XXI y las opciones que existen para que alcance estadios de adecuación a la modernidad competitiva global, sólo será posible en un ambiente político estable, en el que las condiciones para el riesgo financiero, la propiedad, la rentabilidad y la competencia se ciñan a la vigencia de una libertad económica plena, y el acatamiento de las normas legales consagradas en la Constitución.
Recomiendan que el actual esfuerzo emprendedor privado del país tiene que ser respetado, resguardado, estimulado y fortalecido, porque de él depende que los consumidores, aun con las limitaciones del presente, puedan seguir siendo atendidos en sus requerimientos, el empleo productivo no siga desapareciendo, mientras que las autoridades adoptan las decisiones correspondientes contra las causas de la descapitalización y de la inflación.
Cuando se inicia el 2019, el sector formal y organizado del Comercio y los Servicios reafirma su confianza en el futuro del país, ratifica su voluntad participativa en todos los esfuerzos dirigidos a consolidar la transformación institucional y productiva de la Nación.