Un rol más radical en materia de política económica debe ser asumido por la gestión que rige los destinos del país, debido que las actuales condiciones de la economía venezolana así lo imponen, revela el informe de Ecoanalítica, correspondiente a esta semana, donde llama la atención en torno a la demora en tomar decisiones para enfrentar la crisis.
Exponen que muy a pesar de las declaraciones de la vocería oficial, quienes hablaron sin cesar del inicio de una profunda revisión de la gestión fiscal del Gobierno, lo visto en los últimos meses en el marco del denominado “Plan de Recuperación Económica” no constituye, en estricto, un compendio de ajustes dirigidos a atacar los principales desequilibrios detrás de nuestros mayores meollos económicos: hiperinflación, un aparato productivo mermado y constantes presiones sobre el valor real de nuestra moneda.
Explican asimismo, que ello no solo ha restado credibilidad en la capacidad que tiene el Gobierno del presidente Maduro para hacer bien las cosas, sino también nos habla de la clara intencionalidad del sector oficial de posponer un ajuste que, aunque distante, también luce cada vez más inevitable. Como plan de ajuste, nos plegamos a la definición del debate teórico y empírico, bajo el cual se engloban un compendio de medidas en materia económica orientadas a corregir los desajustes reales y fiscales causantes de episodios hiperinflacionarios.
Consideran en tal sentido, el incremento de los impuestos directos e indirectos, el ajuste de los precios de la gasolina local o el mayor impuesto a las transacciones bancarias no desincentivará el uso del señoreaje como salvavidas fiscal ni evitará el colapso de la demanda por bolívares. En otras palabras, no hay aún un plan de ajuste. El Gobierno sigue todavía en el terreno de la inacción económica. La pregunta que surge es ¿por qué tardan tanto en actuar? En las siguientes líneas, intentaremos ofrecer una respuesta (algo formal) a esta interrogante.
Ecoanalitica en el informe presenta un conjunto de experiencias que se han vivido en otras latitudes, estudios y recomendaciones formulados por especialistas, que pudieran servir como punto de partida al gobierno para la toma de decisiones, pero la experiencia que se vive en el país, es que el Ejecutivo no escucha ni presta atención a estas sugerencias.