Este término deriva de la palabra en latín, fidelitas que significa servir a un dios. Dice el diccionario por la web “Es una característica de quien es leal, en quien se puede confiar y creer, porque es honesto y respetable. Es la capacidad, el poder o la virtud de dar cumplimiento a las promesas, de no engañar ni traicionar a los demás” Por lo cual, no entiendo, como existen todavía personas que han erigido en un pedestal de fidelidad a hombres visiblemente corruptos y mentirosos que gobiernan en los distintos países del mundo.
Definitivamente, la habilidad política en estos pobres países ricos, en la persona de sus gobernantes, usando la coacción y persuasión psicológica colectiva para lograr fidelidades incondicionales es sorprendente. Lo más triste, es que ellos adolecen de esa fidelidad con sus ciudadanos como lo establece el concepto que hemos expuesto. Es un fenómeno que se ha enraizado en nuestro país que nos deja sorprendidos por la efectividad en tanta gente.
Todos se olvidan que nuestra fidelidad debe orientarse siempre hacia el Creador, Dios Todopoderoso. Hacia nuestro único Señor y Salvador Jesucristo. Y Dios lo expone de esta manera. “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá” Sal.101:6.
El año de 1600 en Londres, Inglaterra, nos da cuenta que la fidelidad a la Palabra de Dios y al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo era verdaderamente riesgoso. No como ahora, que tenemos absoluta libertad para presentar nuestras convicciones sin ningún temor. En aquel tiempo, incluso el estado se abrogaba el derecho de sugerir creencias en el plano religioso. Eso, hacía que la situación se tornara altamente peligrosa. Hoy, en países como el nuestro, cuando se erigen dictadores constitucionales, no estamos exentos en que esas cosas puedan volver a ocurrir, por cuanto quienes se apartan de Dios en funciones de gobierno, obviamente son aliados del Diablo.
Por ello, la historia de Dorothy Traske es sumamente interesante. Ella y su esposo John eran puritanos. Es decir, participaban de un movimiento que surgió en Inglaterra y Escocia en los siglos XVI y XVII; que se caracterizó por intentar purificar la Iglesia de las doctrinas y ritos populares. Abogaban por la necesidad de conservar una moral que fuera en paralelo con el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. A principio de ese año, Dorothy tenía una escuela preparatoria privada en Londres que gozaba de mucho prestigio, testificado por los mismos alumnos y representantes.
Un día, estudiando La Biblia, “por casualidad”, los esposos Traske descubren el mandamiento bíblico referido al sábado como día de reposo, por lo cual dispusieron obedecerlo. De esta manera decidieron cerrar los días sábados la escuela y dedicarlo a alabar el Nombre de Dios. Una vez que el gobierno se enteró de esto, investigaron el asunto y encarcelaron a Dorothy por considerar que sus acciones “desafiaban al estado”. La conminaron y presionaron a abrir la escuela pero ella se negó, fiel a sus convicciones. Esta valerosa mujer pasó 15 años en prisión y para no abrumar a sus familiares en las necesidades alimenticias en ese lugar, se alimentaba de pan, agua, raíces y hierbas. Finalmente encerrada y desmejorada terriblemente, enfermó y murió esperanzada en la promesas de resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Nunca dudó de su fidelidad a la
Palabra de Dios y al que es fiel incondicional por la eternidad a CRISTO JESÚS.
Hasta la semana próxima Dios mediante por la WEB.
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