Dos personas más murieron tras el intento de asalto a dos bancos en el noreste de Brasil, lo que eleva a 14 la suma de víctimas fatales, informaron las autoridades el sábado.
La Policía Militar informó que cerca de las 2 de la madrugada del viernes, un grupo fuertemente armado tomó como rehenes a un grupo de personas que transitaban por la autovía BR 116, principal autopista de Brasil que da acceso a la ciudad de Milagres, una ciudad de 30.000 habitantes en el estado de Ceará.
Los presuntos delincuentes habrían llevado consigo a los rehenes a una de las entidades bancarias que planeaban asaltar cuando fueron sorprendidos por la policía y comenzó un intenso tiroteo.
En una nota divulgada a la prensa, la Policía Militar destacó que gracias “al intercambio de informaciones de inteligencia” en el que habrían participado cuatro estados brasileños, las fuerzas de seguridad tenían en la mira a este grupo criminal y consiguió frustrar los asaltos en la noche del viernes.
Sin embargo, pese a haber evitado el robo, 14 personas perdieron la vida en el hecho, en circunstancias que todavía no han sido esclarecidas.
Entre las víctimas fatales, hay ocho delincuentes y seis rehenes. Todavía no hay certezas sobre quién disparó a los rehenes. El alcalde de la ciudad, Lielson Macedo Landim, dijo el viernes a la prensa que los rehenes fueron ejecutados por los delincuentes cuando fueron abordados por la Policía Militar, versión que aún no fue probada.
Cinco de los delincuentes perdieron la vida en el lugar del atraco; dos de ellos resultaron heridos durante el tiroteo y fallecieron unas horas después en un hospital. El octavo sospechoso fue muerto en otro enfrentamiento con la policía en el municipio Barro, en las afueras de la ciudad.
Además, tres criminales fueron detenidos y la policía decomisó explosivos, tres vehículos y armas de fuego.
El ministro de Seguridad, Raul Jungmann, calificó el episodio como una “tragedia”.
El estado de “Ceará viene reduciendo los índices de violencia, pero infelizmente suceden tragedias como ésta”, dijo el ministro el viernes durante la inauguración de un centro de inteligencia policial en Fortaleza, capital estatal.
Las víctimas tienen entre 13 y 60 años, y hay cinco miembros de una misma familia.
Ceará es uno de los estados más violentos de Brasil. Con una tasa de 59 muertos por cada 100.000 habitantes, es uno de los lugares con mayor número de homicidios, sólo por detrás de Acre (64) y Río grande del Norte (68).