El lunes de la semana recién terminada, se efectuó en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela en Caracas, un acto cuyos asistentes y todo el conglomerado democrático nacional, no ha dudado en calificar de extraordinario y esperanzador. En ese acto, el así llamado Frente Amplio para una Venezuela Libre, después de recoger las conclusiones de todos los congresos regionales previamente efectuados, aprobó un manifiesto de hondo contenido democrático y principista, con propuestas muy claras y contundentes sobre diversos aspectos del acontecer nacional. Cualquier venezolano medianamente sensato, tendría necesariamente que suscribir los contenidos de ese manifiesto y sentir la esperanza de una Venezuela mejor, democrática, honesta, con instituciones libres y autónomas, con un estado de derecho bien cimentado, en definitiva una Venezuela llena de posibilidades para sus jóvenes, que allí se propone. No hay duda que fue un gran acto y con un contenido documental muy bien pensado y elaborado. He leído ese manifiesto en varias ocasiones y me llena de motivación acerca del futuro de las próximas generaciones de venezolanos.
Junto con el manifiesto aprobado en el acto aludido, el sacerdote jesuita Luis Ugalde pronunció un pequeño pero emotivo discurso que vale la pena difundir, en el cual recuerda sus andanzas por los llanos apureños, que en una época del año se encuentran en sequía insoportable y con falta de alimentos para unos animales famélicos, a punto de morir en razón de esa situación, pero que por una fuerza que les sale de muy dentro, soportan la dureza de esos tiempos con la esperanza de recuperarse una vez que vuelvan las lluvia y aparezca la alimentación.El padre Ugalde hizo un símil entre la situación descrita de los llanos de Apure y la que vive hoy Venezuela. Vivimos tiempos muy duros, difíciles pero se sabe que en cualquier momento esa fuerza que vive en el corazón de los venezolanos, nos llevará de nuevo a la libertad, a la justicia y a la democracia. Muy bien por el padre Ugalde y muy bien por todos los organizadores del evento.
Sólo lamenté algunas ausencias. Pregunté por esos lamentables alejamientos. Me pregunto ¿por qué allí no estaban María Corina Machado, Enrique Aristiguieta Gramcko, Oswaldo Alvarez Paz, Humberto Calderón Berti, un representante de Antonio Ledezma? Aclaro que no tengo ningún tipo de compromiso ni vinculación con esos personajes ni con ningún otro. Me duele el país y me gustaría ver a todo, repito, a todo el espectro democrático venezolano, unido, bien cohesionado y actuando con gran sensatez. Es la hora crucial de esa unidad y hay que tomar a todos en cuenta. Y esto lo pienso de cualquiera que desee un cambio para bien y para el legítimo progreso de todos, repito, de todos los venezolanos. Ojalá haya unidad, desprendimiento, cohesión y sensatez en el actuar de la oposición venezolana en los próximos meses y años. Como un venezolano cualquiera que soy y por amor a esta Patria, les ruego esa unidad al sector opositor a este oprobioso régimen. Dios les de la suficiente humildad para entender que no es hora de protagonismos estériles, es hora de grandes sacrificios.