Reflexiones en positivo
Cuando agarro en mis manos un centavo negro del año 1863, que muy bien escrito tiene República de Venezuela y no existe en la moneda la cara de Simón Bolívar, me hace pensar que ya han transcurrido 149 años de una moneda que para esa época tenía el verdadero valor que se le debe dar a una moneda.
En estas reflexiones tengo que remontarme cuando alguien se le ocurrió decir: “Darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, que llevado a la práctica no es otra cosa que definir lo que es del Estado y lo que debe pertenecer a cada uno como persona y como sociedad.
Cuando Colón y sus acompañantes descubrieron esta nuestra tierra americana que a su vez lograron salvar sus vidas, encontraron riquezas minerales y esta fue la noticia que llevaron a los gobernantes de España, que mayor desgracia surgió las primeras leyes de India, «todo lo que hagas en el suelo es tuyo y todo lo que hagas en el subsuelo es de la corona”, comienzo de un Estado Todopoderoso ante un ciudadano totalmente indefenso.
Transcurrido el tiempo no es mucho lo que ha cambiado, en especial en mi país, su país, en donde la palabra independencia está más referida a quien en el momento pueda administrar el Estado a su manera, que a los derechos que deben tener todos los ciudadanos de disfrutar de los derechos con que nacen todos en esta tierra bendita de Dios y que en la mayoría de las constituciones que se han hecho en el país se reconocen.
En oportunidad anterior me referí a una conferencia que le oí a alguien que decía: “Venezuela es el único país que tiene una Constitución Socialista y el ciudadano se maneja como capitalista”, y continuó diciendo, esto es una incongruencia económica y una incongruencia política y me pregunto ¿qué hay en Venezuela que no sea Estado? Y casi mi respuesta llega a contestarme “el aire que respiro”, puesto que, si quiero desdoblarlo en hidrógeno y oxígeno tengo que tener permiso del Estado y con el agravante que ese permiso no es otro que el cumplir lo incumplible de tal manera de no dejar trabajar.
Materializadas totalmente las leyes Indias, pero con mucho más hoy, el gobernante ha hecho del Estado el dueño del subsuelo, el suelo, más arriba del suelo y más allá del alcance mental que pueda tener un ciudadano en términos científicos y tecnológicos, hasta el punto de pretender dominar la mente humana para imponer criterios políticos de gobierno.
Ese centavo negro en su momento tenía una contraposición que desconozco, mas en mi infancia tuve en mis manos un centavo con el que podía comprar 5 caramelos, una locha para 15 caramelos, un medio para un refresco y un ¼ kilo de arroz, un real para ½ kilo de arroz y un bolívar para comprar diferentes productos y no me refiero a la peseta y el fuerte porque eran monedas muy significativas para el manejo cotidiano.
No se le regulaban los precios a los productos, puesto que dependía de lo que se ha llamado la ley de oferta y demanda y en comparación a monedas creo que el dólar americano era de 3.35 bolívares por dólar. Qué ironía tantos años después para los gobernantes el dólar tiene un precio de 4.30 bolívares y el centavo, el medio, la locha, el real, el bolívar, son monedas que en el mercado no tienen ningún tipo de valor que permita adquirir ni siquiera un caramelo muchos menos una caja de fósforos y sólo aquellos que desconocen las bodegas, los mercados y cualquier otro lugar donde se tenga que concurrir a adquirir los productos para satisfacer la vida cotidiana cree o están convencidos que esas monedas tienen algún valor.
A mi edad tengo que vivir la contraposición mental del bolívar fuerte y el centavo sin valor real, del bolívar fuerte puedo afirmar lo que me dicen los permanentes prestadores de servicios, que la revisión de un vehículo cuesta piches 300 bolívares, una consulta medica piches 500 bolívares, el repuesto de un bolígrafo piches 60 bolívares; porque se pondría con cara de yo no fui si dijera: 300 mil bolívares por revisar el vehículo, 900 mil bolívares por lavar un vehículo, 500 mil bolívares por una consulta y pare de contar.
Como ciudadano de a pie realicen un viaje al exterior para que sufran las consecuencias de la desigualdad y las marcadas diferencias entre los de a pie y los que están en la cumbre.
En estas reflexiones en positivo casi lloro cuando oigo que en mi país, su país, la inflación es de dos dígitos, cuando la desvalorización de la moneda no tiene límites.
Unidos todos por la producción nacional.
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