«Un optimista ve la oportunidad en cada calamidad. Un pesimista ve una calamidad en cada oportunidad»
Winston Churchill
Comencemos con un test. Imaginemos que hace poco sufrieron un choque. El mismo causó daños leves a su vehículo, una pequeña cortada en la frente y el otro conductor reconoce su responsabilidad. ¿Qué cosa piensan?. La primera reacción sería: «Que broma, justo a mí me tenía que pasar esto. Ahora llegaré tarde y deber llevar el carro al mecánico». La segunda reacción sería: «Menos mal que no me sucedió gran cosa, pudo haber sido peor y ahora me repararan el parachoques gratis». A partir de este suceso, el pensar que son afortunados o desafortunados es una cuestión de actitud mental. Es útil tratarlo como una experiencia que enseña algo.
Así encontramos el Velcro Brand, que fue inventado por un ingeniero suizo llamado George de Mestral que tras un largo y duro día de caza por las montañas Suizas, observó al regresar a su casa que tanto su ropa como su perro estaban llenos de flores de Bardana o Cardo Alpino. Cualquiera hubiera dicho que molestia. El en cambio observó que eran muy difíciles de despegar y por su extrema curiosidad las observó en un microscopio y noto que los pinchos que tenían estas flores no terminaban en punta, sino que finalizaban en una especie de pequeño garfio, lo que hacía que se engancharan con tremenda facilidad a la ropa y al pelo. En ese momento tuvo la idea y creó la marca Velcro ( Terciopelo y Gancho ) en 1955 y al poco tiempo ya se fabricaban más de 60000 kilómetros de Velcro al año.
Por eso, más allá del capricho de la suerte ( En gran parte imprevisible e ingobernable ), lo que cuenta es la actitud de cada uno.
Definitivamente, la mayor parte de nosotros no nos damos cuenta de lo mucho que somos afortunados. Haber nacido, estar bien, comer tres veces al día y muy bien, tener una empresa o un trabajo, etc.
CONTINUARÁ…