Me he propuesto escribir estas notas para elimpulso.com, cada quince días. Me he dado cuenta que cada quince días, me llena de temas. Todo ocurre a gran velocidad y el volumen de materias se torna inacabable. La última vez que escribí, el artículo que correspondía a ese día ya estaba en el periódico cuando supe la lamentable y no aclarada muerte de Fernando Albán. Tuve que dejar para otro momento, quizás más sereno, ese doloroso acontecimiento.
También ocurrió la elección de Jair Bolsonario en Brasil, cuya elección, con un margen amplísimo por cierto, ha dado mucho que hablar en toda la región.Ganó limpia y democráticamente.
Brasil se cansó, como lo está también Venezuela, de ese izquierdismo (así se le llama) destructor y trasnochado. Luego vino la continuación de la subida de la hiperinflación en el país, a pesar de las medidas del gobierno que se suponía la controlarían. Esta hiperinflación anunciada por todos los expertos, es la causa de la escasez cada vez más acentuada de alimentos y medicinas y de servicios eficientes.
Igualmente, el régimen continúa entorpeciendo con requisitos innecesarios, la vida económica de los venezolanos que reciben ayuda de sus familiares que se han ido al exterior. Por otra parte, aumenta el número de detenidos políticos y la persecución de los medios de comunicación social. Ya no es posible en Venezuela, dar una opinión acerca de ningún tema ante el temor de ser acosado, detenido y perseguido.
Continúa la explotación incontrolada del oro venezolano. De igual manera, las universidades ya no resisten el cerco económico implacable del gobierno. El régimen quiere acabarlas, por lo menos como han existido hasta hoy, como fuente de conocimiento y búsqueda de la verdaden un ambiente de libertad y plural. Por cierto, muchos de los que hoy gobiernan al país, fueron estudiantes en nuestras universidades libres y democráticas y eran muy celosos de que se mantuviera ese espíritu democrático y libre para poder expresarse con toda tranquilidad. Curioso ese cambio de actitud.
También dentro de estas dos semanas recientemente transcurridas, se produjo un cobarde y alevoso atentado contra María Corina Machado. Son varios los dirigentes opositores que deben tener marcadas en sus cuerpos, las agresiones de dirigentes del oficialismo. Recuerdo cuando una diputada oficialista agredió a la misma María Corina Machado en su rostro, sacudió su cuerpo ya en el suelo, con patadas que le propinó y le haló el pelo varias veces, ante la mirada complaciente del entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
María Corina tuvo que ser trasladada a un centro asistencial e intervenida por haber sufrido una desviación en su tabique nasal. De nuevo la semana pasada, María Corina ve manchada de sangre su ropa y debe ser atendida en otro centro asistencial en la ciudad de Puerto Ordaz. Una turba oficialista la agredió sin piedad. Independientemente de que se esté o no de acuerdo con sus posiciones, hay que reconocer en María Corina, su valentía, su coraje, su inteligencia, su amor por Venezuela y el riesgo que ha asumido en defensa de su libertad.
Son muchos más los temas que podríamos abordar, por ejemplo, la escasez de gasolina, el nuevo rumbo de las relaciones de Venezuela con España, que ahora tiene un gobierno ilegítimo y socialista. El número cada vez más creciente de presidentes que pide el enjuiciamiento de Maduro ante la CPI. Seguiremos hablando de todo esto. Difícil digerir tantas noticias.