Luego del regreso a las actividades escolares y después del periodo de vacaciones, habitantes de los diferentes sectores de la ciudad, y sus poblaciones periféricas, han sentido la magnitud del fuerte congestionamiento vehicular que se presenta en las calles de Barquisimeto y sus accesos principales. La cantidad de unidades del transporte particular y público, además del comercial, rebasa con creces la oferta de soluciones viales que propone la urbe. Esto se demuestra en las horas que, tradicionalmente, han sido de mayor congestionamiento.
La intercomunal Barquisimeto-Cabudare no escapa a esta situación; todas las mañanas y tardes, colas kilométricas abarcan esta vía que, además es acceso a la variantes Los Cristales y a la carretera nacional Los Llanos.
En horas de la mañana, ya es común observar fuerte tráfico en dicha vía. En dirección a Barquisimeto, varios semáforos y el puente a la altura de Santa Rosa, provocan obstáculos que empeoran la situación. Quienes viven en la ciudad vecina de Cabudare, están acostumbrados a salir temprano para soportar el congestionamiento habitual. Sin embargo, lo sucedido ayer en horas de la mañana, agravó las condiciones a tal punto que muchos de sus usuarios pensaron que la vía estaba cerrada bajo protesta y tomaron rutas alternas.
Se conoció que obreros adscritos al Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre, se encontraban en las inmediaciones de la obra esperando el inicio de reparaciones en la baranda del puente, así como una supuesta mejora en el asfalto.
Esperaban la llegada de un ingeniero de este organismos quien, por declaraciones de los trabajadores, se encontraba en una reunión, cónclave que se extendió hasta horas del mediodía, ya que en un recorrido posterior por la zona, la disposición de los avisos y las herramientas para llevar a cabo los trabajos estaban dispuesto de igual forma que tres horas antes.
Quienes iban a laborar allí, atravesaron los avisos viales impidiendo el libre tránsito de una vía bastante transitada y ocasionando el congestionamiento más fuerte de lo normal. El llamado es a la responsabilidad a la hora de llevar a cabo dichos trabajos.
Foto: Simón A. Orellana
