Una solución habitacional por fin llegó a los habitantes de las comunidades El Rubio y La Lagunita, ambas pertenecientes al sector Negro Primero de la parroquia Juan de Villegas. Un total de 109 viviendas, que conformaron Villa Maisanta, fueron repartidas hace tres meses, entre las familias más necesitadas, víctimas de inundaciones y en situación de pobreza extrema.
Las casas habían sido prometidas con todas las de la ley: paredes de bloque, bases de cemento, techo, baños, cocina, entre otras comodidades a las cuales aspira cualquier ciudadano con deseos de una vivienda digna, sin embargo, luego de tres meses de entrega, los servicios básicos no han sido instalados.
El agua, la luz y las cloacas brillan por su ausencia y es que la espera que sería de 15 días a partir de la fecha de la entrega de las viviendas, se convirtieron en semanas y meses. Los trabajos para la instalación de dichos servicios van a paso de morrocoy y los vecinos han optado por buscar soluciones por sus propios medios.
“La luz la tomamos de unos postes cercanos mientras el agua nos llega a través de camiones cisternas enviados por la Alcaldía de Iribarren. Pero necesitamos con urgencia la instalación de la red de cloacas porque no tenemos baños y la situación se pondrá peor”, expresó Horacio Garcé, habitante de Villa Maisanta.
Los humildes ranchitos que debieron ser olvidados, se han convertido en los baños provisionales de estas 109 familias, quienes acuden a sus antiguas moradas para poder hacer sus necesidades en las letrinas que aún quedan. “Invilara se comprometió a construir las cloacas pero trajeron unas máquinas muy pequeñas y los canales tardan días en poder ser abiertos. Queremos que se agilicen los trabajos y se culminen antes de finalizar el año para poder celebrar las navidades como es debido”.
Aunado a ello, el urbanismo de la comunidad no ha sido completado. Las calles se mantienen de tierra, aún las que llevan camino a Villa Maisanta, donde hay que atravesar hasta una pequeña quebrada para llegar a las viviendas. En tiempos de lluvia los habitantes de la comunidad quedan atrapados, la crecida de la corriente no permite el paso y el transporte público no transita por el sector.
Esperan que el gobierno local y nacional no se olviden de los beneficios que prometieron para estas familias y culminen los trabajos.
Fotos: Daniel Arrieta