#COLUMNA Rincón de los miércoles #03Oct

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Mayra Martí se elevó en su pedestal de gran figura de la canción, Voz de Oro y Diamante de Venezuela el viernes pasado cuando ofreció un inolvidable recital de canciones venezolanas en el Paraninfo de la Universidad de la Región Centro Occidental- UCLA, que celebra sus 56 años de su fundación. Fue un gran reencuentro con una diva a la que la ciudad musical de Venezuela nunca ha olvidado a pesar de vivir lejos d estos predios, y un público dispuesto a recibirla como una hija de sus mejores afectos. Hace más de 40 años Mayra, o Moira, su verdadero nombre, había conquistado a los barquisimetanos cuando apenas se iniciaba en el cano. Era una jovencita muy sonriente que andaba siempre con su papá que cuidaba cada paso de la novel intérprete. Su voz cristalina impactó desde el primer momento, Era una soprano que no hacía mayores esfuerzos para cantar temas difíciles por su exigencia vocal. En un par de ocasiones salió por la puerta grande del Anfiteatro con los trofeos de la Voz de Oro y la Voz de Diamante. Cheché Cordero, el creador del evento ferial, me diría en aquella oportunidad que ya no tenía más galardones para seguirla premiando. Ya convertida en Mayra Martí, la simpática Moira desapareció para dar paso a una artista de primera categoría, capaz de impresionar a un exigente showmen como Renny Ottolina quien la hizo una invitada permanente de su espectáculo televisivo. Recorrió el país varias veces, y cuando estaba en la cúspide de su carrera. Resucitó a Moira e hio mutis en la escena para abordar otros proyectos personales, como el ama de casa, pues se casó con un conocido locutor de radio de la capital de la República u se inscribió en la Universidad de donde egresó con el título de abogado. El mundo de la farándula siguió su curso, pero esta vez sin un pasajero llamado Mayra Martí.

II

La joven profesional no se detuvo a pensar sobre su carrera como cantante, que le hacía guiños para recordarle sus títulos de Voz de Oro de Venezuela y Voz de Diamante. De vez en cuando, sin abandonar nunca sus obligaciones en su segunda profesión, Mayra avanzó a grados superiores, postgrados hasta llegar a ser Juez Penal en un Tribunal. Moira y Mayra, piensa quien escribe, nunca se pelearon, eran una para la otra en búsqueda de perfecciones. Mayra se casó de nuevo y hoy está de nuevo disfrutando de una soltería muy discreta junto a dos gemelas que por cierto la acompañaron en este viaje a Barquisimeto. En Lara sabíamos de ella gracias al fallecido compositor trujillano Gilberto García Palazzi, autor de Guitarra Larense” que en la voz de oro de Mayra alcanza múltiples maneras de querer a esta tierra de gracia.

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Un médico llamado Oscar Suárez, egresado de la UCCLA, fue el co-autor de esta serenata dedicada a su Universidad en un gesto que lo enaltece como ex alumno y como ser humano. Gracias a sus gestiones pudimos los barquisimetanos citarnos con la diva en una calurosa tarde, Alguien me dijo que hasta los crepúsculos detuvieron el ocaso para rodear el escenario universitario donde cantaba una mujer de canto multicolor y mágico.

III

El Auditorio de la Universidad resultó insuficiente para albergar tanto público que deseaba darle la bienvenida a quien consideraban una más del ramillete de cantoras nativas nuestras. Maya, vestida toda de blanco, salió a recibir el homenaje de todo un pueblo y de las medallas de honor de la UCLA de manos de una emocionada Rectora Nelly Cuenca, para finalizar el protocolo y dar paso a la sobria presentación de Pedro Sánchez, un personaje de la radio con más de 40 años en la profesión. En el fondo el ensamble universitario dirigido por el profesor Alexis Meléndez preparó los primeros compases de un repertorio de música venezolana que incluía, como no podía ser de otra manera, a la Guitarra Larense. Cuando eso sucedió Mayra estuvo en compañía de todo el público que cantó con ella para luego regalarle una ovación de 4 minutos que nunca olvidará la venezolana.

Nuevamente Mayra Martí y su voz subyugaron a una audiencia entendida que guardaba para ella un ramillete de flores para ponerlo a sus pies.

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Paralelo a la extraordinaria reaparición de Mayra, Berthica Medina, una cantante que hizo historia en el Barquisimeto de ayer, tuvo la mala ocurrencia de marcharse definitivamente de este mundo, dejando mucho pesar entre quienes la conocieron y aplaudieron esa estupenda  voz que llenó de romance crepuscular a todo el país. Una larga vida donde ella aprendió a ver entre las tinieblas para llenar de luz los corazones de su gente.

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