El Camp Nou se vestirá de gala este martes para una de las grandes ocasiones del calendario futbolístico: el partido de vuelta de los cuartos de final de Liga de Campeones entre el Barcelona y el visitante Milán. Un choque de victoria obligada para dos conjuntos históricos.
El 0-0 de la ida en San Siro dejó la resolución de la eliminatoria para el coloso barcelonés, que prevé un lleno de seguidores blaugranas con el objetivo de que el Barsa, vigente campeón continental y cuatro veces ganador, alcance las semifinales por quinto año consecutivo.
El Milán exhibe siete copas de Europa en sus vitrinas, pero acumula seis sin disputar la penúltima ronda. La última vez que llegó, acabó proclamándose campeón.
Aunque la superioridad futbolística del Barsa quedó manifiesta en el choque de San Siro, no lo tendrá fácil el equipo de Pep Guardiola para dejar en la cuneta al Milán, actual líder de la Serie A italiana.
Ambos equipos se cruzaron previamente en la fase de grupos de la actual Champions, y el balance fue relativamente equilibrado: empate 2-2 en el Camp Nou y triunfo visitante por 3-2 en Milán.
El club lombardo, que viene de empatar en Catania en la competición domestica y tiene a la Juventus pisándole los talones, seguramente buscará alargar al máximo el transitorio empate con un planteamiento defensivo y paciente, a la espera de que Zlatan Ibrahimovic decida en la punta de ataque.
El goleador sueco, ausente en la anterior visita por lesión, regresa al escenario donde no acabó de cuajar vestido de azulgrana. Queda por ver cómo le recibe su antigua afición tras su tensa salida del equipo de Guardiola.
Enfrente tendrá al astro argentino Lionel Messi, con quien apenas sintonizó en su breve etapa barcelonista. Hoy máximo goleador de la historia del club, Messi tiene a tiro varios récords en caso de perseverar en la Champions: sus 12 goles en la actual edición le igualan con su propia cifra anterior y la del holandés Ruud Van Nistelrooy en la 2002-2003. Le faltarían dos más para alcanzar al brasileño Mazzola en la antigua Copa de Europa de 1962-1963. Y también en el punto de mira están los cuatro trofeos consecutivos de máximo cañonero del alemán Gerd Mueller en los años 70, así como sus 67 goles totales en una temporada (Messi suma 56).
Pero, más que récords individuales, el argentino aspira a liderar el pase del Barsa a semifinales y acercar al equipo a un nuevo título que alargue el exitoso ciclo de Guardiola al frente de la nave azulgrana.
El Barsa solo ha perdido dos eliminatorias con el timonel catalán (en la Liga de Campeones 2009-2010 contra el Inter de Milán y en la Copa del Rey del mismo año ante el Sevilla), con un balance del 72,7% de victorias en 235 partidos oficiales.
Con la final de Copa pendiente frente al Athletic de Bilbao y liga difícil con el Real Madrid con seis puntos de ventaja cuando restan ocho fechas, los azulgranas tienen grandes esperanzas de repetir su trono continental.
Llegan en buen momento con ocho victorias seguidas en el torneo doméstico y recuperan a Xavi Hernández y Cesc Fábregas de sus molestias tras el partido de Milán. El ex del Arsenal no ve portería desde el 8 de enero y es posible que Guardiola lo deje fuera del once para iniciar un medio campo con Xavi, Andrés Iniesta y Sergio Busquets, mientras las plazas atacantes serían para Messi, Pedro Rodríguez y el chileno Alexis Sánchez.
El marcaje a Ibrahimovic fue impecable en San Siro y Guardiola seguramente seguirá con cuatro defensas, mientras el milanista Massimiliano Allegri podría alterar su alineación. El medio Mark Van Bommel continua lesionado y el brasileño Thiago Silva también es baja sensible en el centro de la defensa, pero el preparador italiano si recupera al otro goleador del Camp Nou, Alexandre Pato, para la punta de ataque.
El brasileño probablemente inicie en el banquillo junto a su compatriota Robinho, si finalmente Allegri da la alternativa al egipcio Stephan El Sharaawy, en gran forma, para acompañar a Ibrahimovic y Prince Boateng.