Hace bastante tiempo escuché una ilustración bien interesante, la cual nos sirve como instrumento didáctico para ayudar a muchas personas que andan en el valle de la decisión de aceptar a Cristo como su Salvador personal. Se refiere al encuentro de Jesús con el Diablo en algún lugar del confín del universo.
El Diablo se presentó con una caja en sus manos y se la mostró a Jesús, al verla, Jesús notó que allí adentro cargaba a la humanidad, a las criaturas creadas por él, las cuales gemían de dolor, por la muerte, las enfermedades y toda clase de tragedia como estaban viviendo. Imagino que nuestro país Venezuela era uno de los más visibles. Vivían hacinados en un oscuro y horrible planeta. Cuando Jesús vio aquello, le suplicó al Diablo que se los entregara. ¡Dámelos, le dijo, por favor, tu solo quieres hacerlos sufrir! A lo que el Diablo le dijo ¡NO! Son míos.
Jesús, con su corazón destrozado le dijo ¿Qué debo hacer para que me los entregues?, dime por favor. El Diablo le contestó. Tráeme tres joyas valiosísimas: las perlas puras de tus lágrimas, el rojo rubí de tu sangre y la corona de oro de tus sufrimientos, entonces te los entregaré. Pasó el tiempo y luego de su oprobiosa muerte, Jesús se presentó ante el Diablo y le dijo, aquí tienes las 3 joyas preciosas que me pediste. Las perlas preciosas de mis lágrimas. Te traje también el rojo rubí de mi sangre derramada en la cruz. Y aquí tienes la corona de oro de mis sufrimientos. Ahora, entrégamelos. El Diablo, en seguida abrió la caja y le dijo ¡llámalos!, son tuyos. Jesús entonces les habló con tierno amor a la humanidad y les dijo “Vengan hijos míos, ya no son mas esclavos, yo los redimí, los compré con mis lágrimas, mis sufrimientos y mi sangre. ¡Son libres!. ¡Vengan conmigo!” Hubo un silencio, pero nadie quiso salir de la caja. ¿Cómo les parece?
Y esa es la triste realidad del ser humano. Tal vez yo esté escribiendo para alguien que todavía no se ha decidido por Cristo. Que se encuentra “meciéndose en esa cuerda floja” . Que mira para los lados ante el tierno llamado de Jesús y no se decide. ¡Pues ahora es la hora! No tenemos tiempo para perder tiempo. Ya está muy cerca el cierre de la gracia y nos puede pasar como le sucedió a aquellos que escucharon por 120 años el llamado de Noé pero que nunca aceptaron la invitación a ser salvos. “Dios no condenó a los antediluvianos porque comían y bebían; les había dado los frutos de la tierra en gran abundancia para satisfacer sus necesidades materiales. Su pecado consistió en que tomaron estas dádivas sin ninguna gratitud hacia el Dador, y se rebajaron entregándose desenfrenadamente a la glotonería y la perversión” Libro Conflicto y Valor. Elena de White.
Ahora le toca a Ud. No corra el riesgo, ni pierda la oportunidad que Dios le está dando para ser redimido por la eternidad. “La dulce voz de la misericordia llega hoy a vuestros oídos. Hoy estáis recibiendo la invitación celestial. Hoy todo en el cielo dice: Venid. Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven, ¡acéptelo! ¡Hasta la semana que viene por la WEB DIOS mediante!
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