El dueño de un taller de refacciones de autos donde las autoridades federales capturaron a una inmigrante adolescente que intentaba huir ha empezado a recibir amenazas de muerte de gente que cree equivocadamente que él o sus empleados llamaron a la policía.
El diario Miami Herald dijo que su periodista fue testigo de 10 llamadas en cinco minutos en el González Auto Center en Homestead. Otras amenazas aparecieron en Facebook. El FBI investiga y el dueño, Francisco González, dijo que ha empezado a portar un arma.
Según las autoridades federales, la hondureña de 15 años fue detenida en la frontera mexicana cuando trató de entrar sola a Estados Unidos y encerrada en un refugio local para menores no acompañados donde se encuentran unos 1.200 niños.
Huyó el viernes cuando la llevaban a un control médico de rutina. Entró al negocio de González, donde la policía la descubrió escondida detrás de un gran cajón de herramientas.
González dijo que ni él ni sus empleados llamaron a la policía. Dijo que los agentes que rastrillaban la zona entraron a su negocio y la descubrieron. La policía lo ratificó.
«Le dimos agua a la niña, le ofrecimos comida; la traté como si fuera mi propia hija», dijo González al Herald. «Le explique que la policía quiere ‘devolver la grandeza a Estados Unidos’ al reunirla con su familia, pero que para que eso suceda, ella debe cooperar».
«Vivimos en un país con leyes, leyes que debo acatar, aunque me rompa el corazón», añadió.
El detective de policía Fernando Morales dijo que si alguien conocía el paradero de la menor y mentía a los agentes, cometería un delito.
«Si tu hija se escapa y se oculta en la casa de su amiga, y si los padres de la amiga saben que la policía la busca y no dicen nada o mienten sobre el paradero de la prófuga, se puede arrestar a esos padres por obstrucción. Es la misma situación», dijo Morales al Herald.