El diputado a la Asamblea Nacional, Julio Borges, afirmo que, aunque en «Venezuela protestar es un delito hasta con pena de muerte», durante el primer semestre de 2018 se registraron 5 mil 315 manifestaciones de calle en el país, cifra superior a las 4 mil 930 contabilizadas el año pasado en el mismo periodo.
El ex presidente del Parlamento sostuvo que el país no está dormido y que el descontento generalizado por la crisis humanitaria existente, está produciendo más protestas que las que hubo el año pasado para exigir derechos políticos. «Los venezolanos están en la calle exigiendo respuestas a Nicolás Maduro; y estoy convencido de que con la organización popular interna, la comunidad internacional y la Fuerza Armada institucional, lograremos el cambio que Venezuela añora».
Borges cuestionó que este año ya van 14 ciudadanos asesinados en protestas de calle; pero sostuvo que el Gobierno no logrará con «violencia y represión» frenar el deseo dignidad y cambio que hay en los venezolanos. La crisis humanitaria y de democracia que ha fabricado el propio Maduro acabó con el país, lo destruyó; pero la población no está resignada, sino mas bien luchando, cada quien desde su trinchera, por recuperar el progreso y el futuro».
El diputado dijo que las protestas han ido en aumento exponencialmente por derechos laborales, servicios públicos y escasez de alimentos y medicinas. Asimismo, especificó que Lara, Bolívar, Mérida, Anzoátegui y Caracas han sido las entidades donde más manifestaciones se han materializado debido a la falta de luz, gas y agua.
Finalmente, el coordinador nacional de Primero Justicia, reiteró que la Unidad está construyendo un plan de país para atender las diferentes aristas de la crisis, cuando se logre materializar una transición política.