La música en Lara está de luto con el fallecimiento de Luis Orlando Giménez, fundador de El Sistema en Lara. Desde su fundación, con más de 50 años de trayectoria, dejó una huella imborrable en quienes hoy lo recuerdan.
Durante su paso por El Sistema, fue homenajeado por la Fundación Niños Cantores de la Orquesta Sinfónica Juvenil cuando cumplió su 25 aniversario.
En entrevistas a EL IMPULSO, dijo que sus padres no eran músicos, y que «esa motivación artística vino a través de mi hermano quien se destacó como pintor y violoncelista… yo era muy callejero y fue a través de la música que canalicé todas esas inquietudes y a aprovechar el tiempo”.
Cuando se le preguntó en su momento qué significa para El Sistema, respondió con orgullo: «Se trata de un entre de formación y capacitación que rompió paradigmas».
Numerosas generaciones han conocido la labor de este violoncelista, quien bajo directrices del maestro Abreu, desarrolló el proyecto en nuestra región.
Su trayectoria reseñada por el Centenario
Esbozó el movimiento musical en tres etapas: cuando no había hecho presencia el maestro Abreu y las pocas orquestas que existían estaban conformadas por músicos extranjeros, luego cuando aparece el visionario que cambió la historia de la música académica en Venezuela y finalmente la nueva metodología de enseñanza que concibe a los alumnos más destacados como monitores y jóvenes docentes.
Giménez, quien fue director musical del Sistema de las Orquestas Sinfónicas Juveniles e Infantiles del estado Lara, se inició como miembro fundador de varias instituciones, entre estas la Orquesta de Cámara de la UCLA en 1966, la Orquesta Nacional de Venezuela Juan José Landaeta en 1975, la Orquesta Sinfónica de Lara en 1976, la Sinfónica Juvenil de San Felipe y la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar.
“En un encuentro de músicos que se realizó en Trujillo con músicos de la provincia y de Caracas, supimos de las visiones del maestro José Antonio… más tarde él me llamó para que no sólo fuese integrante de ese sueño sino para que participara como fundador”, comentó en 2012 a EL IMPULSO.
El docente, con más de 40 años de casado, tres hijos que se han paseado por la música y siete nietos, contó que en un primer momento veía inalcanzable las aspiraciones de Abreu.
“Su motivación e inspiración nos llevaron a creer en algo que nos parecía una locura, sin embargo, esto fue posible y lo vemos ahora”, dijo en su momento.
Siempre inspirador
Este pupilo de los maestros Héctor Pellegatti, Antonieta Franzona, Michel Marchesini y Adriano Vendranelli, aseguró en 2012 que lo más gratificante de toda esta aventura fue la riqueza y toda esa experiencia que le brindó el maestro Abreu, el intercambio de conocimientos que permanentemente mantenía con quienes se le acercaban para pedirle un consejo, esa ganancia que lo convirtió en un ciudadano ejemplar y lo más importante, la familia.
Cuando se le preguntó cuál fue el secreto para un matrimonio de más de 40 años dijo sin pensarlo, la música. “Hubo un momento en el que tenía que decidir si me quedaba en Caracas, cada día los ensayos eran más exigentes, decidí quedarme aquí y convertirme en fundador y maestro… la música es parte de mi vida, me dio una vida y una familia”.
Precisó que El Sistema acabó con el paradigma de que la música académica era para una sola clase social. “El Sistema realzó las potencialidades y el talento del venezolano a escala musical y su sensibilidad hacia este arte”.
Los recuerdos con Dudamel
Sobre Dudamel dijo en su momento que era talentoso desde niño. “Recuerdo que un día llegué tarde a un ensayo y lo encontré dirigiendo a una orquesta que conformaron varios amigos de Dudamel que se llamaba Amadeus… cuando escuché tal sonoridad me asomé y veo a Dudamel dirigiendo. Parecía que tenía años en la dirección. Me impresionó, le dije inmediatamente que sería el director de la orquesta. Luego un 28 de mayo decidí que él sería el director de ese concierto aniversario, eso fue en La Salle, el maestro Abreu asistió y lo vio. Al final del recital me dijo ¡me lo llevo!, el resto es historia”.