Muchas son los escenarios negativos que les toca vivir al barquisimetano y al venezolano en general en esta época de caos y crisis social y económica que se desarrolla en el país. Una de las más crudas es la crisis del transporte público. Las rutas o líneas de transporte que hacían vida en Barquisimeto desaparecieron. De líneas de transporte que tenían hasta 40 años de creadas, solo quedaron los recuerdos.
Con la extinción del transporte público organizado los barquisimetanos pasan horas esperando por tomar un autobús que lo lleve hasta sus sitios de trabajo, universidades, colegios o cualquiera sea la necesidad que lleve a agarrar una buseta.
Tal fue la situación que narró para www.elimpulso.com el señor Ramón Toro, un barquisimetano que diariamente pierde al menos una hora esperando algún carro que lo traslade hasta su sitio de trabajo.
“Ahí viene uno”, dicen los usuarios cuando ven algún autobús, sin embargo la emoción dura poco cuando ven pasar una de las pocas unidades colectivas que queda rodando en la ciudad, repleta de gente sin un espacio donde ellos puedan meterse.
“Los autobuses pasan de largo mirando a uno y detrás viene el ruta chivo y uno tiene que embarcarse”, dijo Toro.
Los pasajeros denuncian que aparte de la incomodidad de montarse en un camión como animales, sin seguridad, cobran cifras excesivas por el traslado de cada pasajero. Hasta Bs. 25 mil deben pagar los usuarios que quieran montarse en estos camiones.
“¡Si quiere se montan, sino no!”, es la frase más decente que los usuarios pueden recibir de los colectores quienes faltan el respeto a mujeres y ancianos si no pagan completo o muestran el carnet de la AMTT que les exonera el pago de pasaje por ser personas de la tercera edad.
Reuniones, cabildos abiertos, mesas de trabajo, se han realizado para encontrar una salida a la crisis que viven los barquisimetanos con el transporte público, sin embargo la solución parece no llegar. Tal vez la solución también este esperando sentada en una acera a que un autobús le pase para terminar de llegar.